UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE BIBLIOTECOLOGÍA
LIBROS INFANTILES: UNA HERRAMIENTA
PARA EL FOMENTO A LA LECTURA EN NIÑOS-NIÑAS DE 3 A 6 AÑOS
INFORME ACADÉMICO POR ELABORACIÓN COMENTADA DE MATERIAL DIDÁCTICO
PARA APOYAR LA DOCENCIA
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE:
LICENCIADA EN BIBLIOTECOLOGÍA
PRESENTA:
ADRIANA LÓPEZ AGUIRRE
ASESOR: MTRO. CÉSAR AUGUSTO RAMÍREZ VELÁZQUEZ
CIUDAD DE MÉXICO, 2008
La presente obra está bajo una licencia: Atribución-No comercial-Licenciamiento Recíproco 3.0
de Creative Commons. Para leer el texto completo de la licencia, visita:
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/deed.es_MX
En cualquier uso que hagas de esta obra, debes respetar los términos especificados en esta licencia.
Agradecimientos Gracias a Dios por permitirme vivir al máximo cada instante de mi vida. Gracias a mi madre Ángeles por su fortaleza y lucha incansable por la vida y su familia, sobre todo gracias por todo el amor que me has dado. Gracias a mi hermano Dani por su ejemplo de perseverancia a pesar de los obstáculos. Gracias a mi padre José Juan por su presencia. Gracias a Salvador por ser parte importante en esta etapa de mi vida. Gracias a todos mis amigos y compañeros, por los ánimos, el apoyo, el cariño y las enseñanzas que me han dado en cada momento. Un agradecimiento especial al Seminario de Titulación y a los profesores Lic. Hugo Alberto Figueroa Alcántara y Mtro. César Augusto Ramírez Velázquez por su apoyo, paciencia y tiempo dedicado a este trabajo. A mis sinodales: Lic. Blanca Estela Sánchez Luna Lic. Verónica Méndez Ortiz Lic. Marisa Rico Bocanegra Por su aportaciones para enriquecer este trabajo. Gracias a la UNAM por abrir sus puertas y forjar en mí una formación profesional.
Dedicatorias A mi familia con cariño y respeto, sabiendo que cada logro es inspirado en la confianza, comprensión y amor que me han brindado en cada momento de mi vida.
Índice
Introducción
7
1 Desarrollo infantil de 3 a 6 años y su vinculación con la lectura
9
2 Definición, características y modalidades de la lectura
13
3 Fomento a la lectura en los niños
16
4 Medios para fomentar la lectura en los niños: familia, escuela y biblioteca
19
5 Literatura infantil y géneros literarios
28
6 Características de los libros infantiles
49
7 Guía de los libros de acuerdo con la edad
54
Conclusiones
61
Referencias 63
7
Introducción
El acceso a la lectura se considera importante para el desarrollo adecuado de todo
individuo y de toda nación en distintos ámbitos como el social, cultural, educativo, político,
etcétera; en la medida que cada persona lea, estará informada y será capaz de intervenir
activamente en el desarrollo adecuado de su país. Asimismo, gracias a la lectura se aumenta
el pensamiento crítico, permite el enriquecimiento personal, estimula la imaginación, la
creatividad y la sensibilidad en el ser humano.
Todos estos beneficios y ventajas de la lectura se pueden adquirir mediante una cultura
de dicha actividad que invite a las personas a ejercerla, considerando para esto a la infancia
como una etapa propicia para impulsarla y adquirirla ya que ésta es considerada como la
edad ideal para fortalecer hábitos y costumbres.
Existen distintos factores y herramientas para encaminar a los niños a la lectura, entre
ellos se encuentran los libros infantiles.
El objetivo principal de este trabajo es considerar como elemento fundamental a los
libros infantiles para el fomento a la lectura en niños específicamente de 3 a 6 años,
tomando en cuenta para esto las características de los niños, su desarrollo, gustos e intereses
así como las aspectos destacados de los libros: contenido, formato, ilustraciones, papel,
etcétera, que permitan que el niño a través de mediadores como la familia, escuela,
biblioteca tengan un encuentro adecuado y agradable con los libros desde sus primeros años,
para generar con ello una lectura voluntaria y placentera, que les dará bases de hábitos
lectores en el transcurso de su vida.
En el primer apartado de este trabajo se mencionan aspectos relacionados con el
desarrollo del niño de 3 a 6 años en tres categorías específicas: física, cognitiva y
psicosocial; asimismo se menciona su vínculo con la lectura.
En los siguientes tres apartados se aborda a la lectura, su significado de acuerdo con
distintos autores, tipos de lectura, algunos beneficios que proporciona a los niños y algunos
factores que intervienen en su desarrollo y en el fomento de ésta, tales como la familia, la
escuela y la biblioteca .
Posteriormente se trata a la literatura infantil y se ofrece un pequeño recorrido de su
evolución en el occidente, su presencia en México y los géneros literarios que la componen.
8
A continuación se explican algunas características de los libros infantiles a considerar
para su selección, las características específicas de los libros infantiles para niños de 3 a 6
años y la guía en sí de libros infantiles con base en cuatro editoriales que entre sus
colecciones consideran obras dirigidas al público infantil; al respecto, se menciona su
descripción bibliográfica, un pequeño resumen del contenido y algunas de su características
físicas; sin olvidar que esta guía se considera tan sólo como una alternativa más, tomando
en cuenta las diferencias que existen entre los niños aún siendo de la misma edad, así como
la gran diversidad en el mercado editorial.
Por último se presentan las conclusiones del presente trabajo y las obras utilizadas para
su realización.
9
1 Desarrollo infantil de 3 a 6 años y su vinculación con la lectura
En el transcurso de la vida todos los seres humanos pasamos por un proceso llamado
desarrollo, el cual se manifiesta con cambios físicos, cognitivos y psico-sociales. Es así
como desde que estamos en el útero de la madre hasta el momento final, todos formamos
parte de esa evolución.
El desarrollo infantil es parte de este proceso, donde se manifiestan “procesos de
cambio y estabilidad desde la concepción hasta la adolescencia” (Papalia, 2005, p. 5). El
desarrollo de cada niño dependerá en gran medida de los factores que hay a su alrededor:
familia, cultura, sociedad, etcétera, mismos que tenderán a variar dependiendo del contexto
en que se desenvuelva cada niño, que es lo que hará que la personalidad, intereses y
desarrollo de cada uno sea diferente.
A continuación se mencionan en el cuadro 1, de acuerdo con Papalia (2005, p. 10), los
cinco periodos del desarrollo infantil según la edad:
Periodo prenatal De la concepción hasta el nacimiento
Infancia y etapa de los primeros pasos Del nacimiento a los 3 años
Niñez temprana De los 3 a los 6 años
Niñez intermedia De los 6 a los 11 años
Adolescencia De los 11 a los 20 años
Cuadro 1. Periodos del desarrollo infantil.
Para efectos de este trabajo se analizará más a fondo el periodo de la niñez temprana,
que comprende de los 3 a los 6 años, en sus tres aspectos: físico, cognitivo y psicosocial:
• Desarrollo físico. Se presentan los cambios en estructura y funciones corporales del
niño, tales como crecimiento tanto corporal como del cerebro, capacidades
sensoriales y habilidades motoras. El crecimiento en esta edad predomina, “Los
huesos se vuelven más duros y le dan al niño una forma más firme y protegen los
órganos internos; el cerebro y el sistema nervioso en maduración promueven el
10
desarrollo de un amplio rango de habilidades motoras. La mayor capacidad de los
sistemas respiratorio y circulatorio brindan mayor resistencia física y, junto con el
sistema inmunológico en desarrollo, mantiene más sano al niño” (Papalia, 2005, p.
246). Los niños entre tres y seis años realizan grandes avances en sus aptitudes
motoras, tanto en sus habilidades motoras gruesas que implican a los músculos
largos, como correr y saltar, como en las habilidades motoras finas, que incluyen la
coordinación ojo, mano y de los músculos pequeños. También empiezan a mostrar
una preferencia por el uso de la mano derecha o izquierda.
• Desarrollo cognitivo. Se presentan cambios y estabilidad en las capacidades
mentales, aprendizaje, memoria, lenguaje, pensamiento, razonamiento moral,
creatividad. “El pensamiento es hasta cierto punto egocéntrico, pero surge la
comprensión de la perspectiva de otras personas. La inmadurez cognoscitiva
produce algunas ideas lógicas acerca del mundo, mejoran la memoria y el lenguaje.
La inteligencia se vuelve más predecible” (Papalia, 2005, p.10). “Los niños
manifiestan una mejora significativa en la atención, en la velocidad y eficacia con
que procesan la información; asimismo empiezan a formar recuerdos duraderos”
(Papalia, 2005, p. 289). “El desarrollo de la capacidad lingüística entre los 3 y 6
años es la base sobre la que se asienta la inteligencia” (Schaefer, 2002, p. 173).
Durante la niñez temprana, el vocabulario aumenta mucho; la interacción con
los adultos fomenta la lecto-escritura emergente.
El desarrollo del lenguaje progresa paulatinamente de los 3 a 6 años, sin
embargo este variará de un niño a otro, a continuación un parámetro general según
Schaefer (2002 p. 175) para seguir su evolución.
• 3 años. El niño utiliza hasta 900 palabras y las frases tienen de media de 3
a 4 palabras.
• 4 años. El niño utiliza hasta 1 500 palabras y la media de las frases es de 5
palabras.
• 5 años. El niño utiliza hasta 2000 palabras y la media de las frases es de 6
palabras.
11
• 6 años. El niño utiliza hasta 2500 palabras y la media de las frases es de 6
palabras.
“Entre los 3 y 6 años de edad hay una explosión en el crecimiento cognitivo,
los niños disponen de nuevas habilidades para la resolución de problemas que les
permiten reconocerlos y crear soluciones. El desarrollo del pensamiento simbólico
permite que la imaginación amplíe la capacidad cognitiva. Y el uso del lenguaje
para explorar y hacer preguntas ayuda a los niños a entender los aspectos
simbólicos y abstractos de la vida. Esta es una gran época para potenciar la
inteligencia” (Schaefer, 2002, p. 164).
• Desarrollo psicosocial: Se presentan cambios y estabilidad en la personalidad, vida
emocional, relaciones sociales. “La comprensión de las emociones se vuelve más
compleja; la autoestima es global, aumenta la independencia, la iniciativa, el
autocontrol y el autocuidado; se desarrolla la identidad del género; el juego se
vuelve más imaginativo, más elaborado y más social; son comunes la agresión y
los miedos” (Papalia, 2005, p. 10).
Como se puede observar, durante esta etapa de 3 a 6 años los niños construyen gran
parte de su estructura física, cognitiva y social, que le servirán como base para su
desenvolvimiento posterior. Es necesario que se armonice la interacción de estas tres fases
del desarrollo ya que cada una complementa a las otras y viceversa; la deficiencia de una
puede afectar a las otras. En este sentido, las características que presentan los niños de 3 a 6
años en sus tres fases se consideran bastante prominentes para establecer un contacto con la
lectura. De esta manera, las vivencias que experimenten con ella y con los libros, incidirán
de manera trascendental en su formación como futuros lectores.
En este sentido Cerrillo, basado en los estudios de Piaget, menciona algunas
características representativas en la psicología de los niños de 3 a 6 años y su relación con
la lectura.
Según Cerrillo (1996), de los 3 a los 6 años, el niño se encuentra en un estadio
preoperacional y es la etapa de reparación y aprendizaje de los mecanismos lecto-escritores.
A continuación se resumen algunos factores que ya se mencionaron con respecto al
desarrollo del niño de 3 a 6 años. En un primer momento, el niño resuelve algunos de sus
12
problemas sin recurrir a la actividad física, aunque todavía no está en buena situación para
ejercer el razonamiento. Posteriormente, el niño ya es capaz de formular juicios; no
obstante, su base está más en la apariencia que en la razón. Por ello las lecturas
seleccionadas no deberían presentar problemas para cuya resolución hubiera que recurrir a
la abstracción.
“La lectura mecánica, a la que el niño accede casi al final de este estadio, pone a su
alcance libros en que las imágenes puedan ir acompañadas de palabras, construyéndose así
una historia de mayor extensión que las anteriores. Los libros de imágenes, en que los seres
inanimados cobran vida suelen ser una excelente auxiliar para fomentar la lectura en este
periodo, en el que el niño aún distingue muy poco entre el mundo interno y el externo,
además no le interesa tanto la acción ni la trama argumental como las escenas por separado,
independientes unas de otras; es muy conveniente que las lecturas lleven un soporte
plástico o musical. Formalmente deben ser textos con escasa carga conceptual, breves y
claros” (Cerrillo, 1996 p. 52).
En el cuadro 2 se representan las características más representativas de los libros para
esta edad. Es importante mencionar nuevamente que esta guía sólo se utiliza como un
parámetro, ya que las lecturas podrán variar de acuerdo con los intereses y desarrollo de
cada niño.
Temas Estructura literaria Diseño
Familiares al mundo que
rodea al niño: hogar,
naturaleza, escuela…
Interesa más la sucesión de
hechos que el argumento.
Gran formato.
Fabularios y cuentos breves,
que pueden ser rimados, que
contengan anécdotas
cotidianas.
Escasa carga conceptual y
sencillez expresiva. Es preferible
estructuras que puedan leerse
individual o grupalmente, o que
estén pensadas para ser
escuchadas.
Muchas ilustraciones
(Mejor a todo color) y
breve texto.
Letra grande.
Cuadro 2. Segundo estadio: estadio preoperacional. Edad de 3 a 6 años: etapa de
preparación y aprendizaje de los mecanismos lecto-escritores (Cerrillo, 1996, p. 55).
13
2 Definición, características y modalidades de lectura
Definición
“Desde el momento en que la escritura pasa de ser mero registro a una comunicación,
presupone la existencia de lectores” (Ramírez, 2001, p. 13).
Sin duda, la escritura es una de las mayores representaciones de lenguaje creadas por
el hombre, la cual permite la expresión de ideas, formas de pensar y de vivir de distintas
sociedades, que se pueden conocer e interpretar al realizar una lectura; ambas, escritura y
lectura, aunque con características distintas son complementarias una de la otra, ya que toda
escritura necesita una lectura correspondiente.
Asimismo, la lectura junto con hablar y por supuesto escribir, son consideradas las
habilidades de mayor relevancia en el proceso de comunicación, trascendental para el
acceso a la información, conocimiento y la cultura que se desarrolla en nuestro entorno.
El concepto de lectura es muy amplio y un tanto complejo; existen varias
interpretaciones en torno de ella, por lo cual es difícil tener un concepto unitario y uniforme
de ella.
A continuación se mencionan algunas definiciones de lectura de acuerdo con distintos
autores.
“Lectura (de igual voz latina; de lego, leer). La acción de leer, o sea de comprender y
asimilar el pensamiento de otro por medio de caracteres gráficos. Los fines de la lectura son
ilustrar, instruir, recrear, informar y documentar. El saber leer no consiste únicamente en
pasar la vista por un escrito…, sino en darse cuenta exacta de las ideas expresadas por esas
frases, reflejar esas ideas en la mente y deducir de ellas las consecuencias que puedan ser
útiles, tanto para el desarrollo del espíritu como para el mejoramiento práctico de la vida”
(Iguíniz, 1987, p. 170).
Según Noé Jitrik (1990, p. 32) “La lectura consiste en ver ante todo la letra o los
signos, luego admitir la identidad textual, después captar los significados, a continuación
interpretar lo que se ha captado, posteriormente almacenar la interpretación y olvidarla
provisoriamente para hacerla resurgir e integrarla con otras, por fin ordenar todo en relación
14
con un horizonte de sentido y, reaccionar psíquicamente aceptando o rechazando lo que el
texto propone en la instancia del conocimiento”.
Para Venegas (1993, p. 21) la lectura es “interpretar la palabra escrita y comprender su
mensaje en una forma cercana a como el autor quiso expresarse, asimismo la lectura
tenderá a relacionarse con las experiencias y conocimientos propios, tomando así una
actitud activa y crítica con relación al texto”.
Con las definiciones anteriores, se puede deducir que la práctica de la lectura implica
más que pasar la vista por lo escrito, no es suficiente con reconocer el alfabeto. La lectura
va más allá; ésta es todo un proceso intelectual, en el cual interfieren emociones,
sentimientos imaginación, comprensión, reflexión, interpretación, lo cual hace de esto, una
práctica más completa y significativa para el individuo que la realiza.
La lectura nos proporciona herramientas como técnica instrumental, pero además
permite hacer de ella un aprendizaje para el conocimiento del ser humano y del mundo. Es
decir la lectura no sólo es un medio, sino un fin en sí mismo.
Una persona que realiza lecturas de forma asidua, será capaz de intervenir en el
desarrollo de la sociedad, en el progreso de su país, ya que éste depende del desarrollo de
su educación, asimismo la lectura nos permite crecer como seres humanos, nos muestra la
amplitud del mundo, hace más amplios nuestros horizontes y nos permite ser personas más
críticas y capaces de ejercer la libertad.
Modalidades
Con respecto a las modalidades de lectura, Ramírez (2001, p. 14) señala que: “En un
principio, en el México Colonial, las prácticas de la lectura consistían en lectura oralizada y
lectura en silencio, siempre al servicio de la alfabetización y la actividad religiosa , esto con
el interés de mantener controlados a los indígenas por medio del contenido de los textos”.
Posteriormente las posibilidades de producción, comercialización y distribución de
libros determinan otras modalidades, así como los espacios donde se practican, tales como
lectura en voz alta, en silencio o recitada, de repetición o análisis; realizadas en espacios
públicos o privados; comunitaria o solitaria; de estudio, de esparcimiento y de rezo….”
15
Asimismo menciona algunas cuestiones que posibilitan que el lector se apropie del
contenido de los textos, que podrían ser considerados como factores que intervienen en la
evolución de las modalidades de lectura, los cuales son: cambios de las formas y medios
escritos e impresos (en la actualidad se podrían agregar medios electrónicos), capacidades
de los lectores y factores que influyen en la lectura, intereses políticos y religiosos, la
censura, etcétera (Ramírez, 2001, p. 14).
Tipos de lectura
Aunque la lectura es considerada como un proceso global, el cual no se puede llevar a
cabo por etapas, es importante mencionar que cada lector hace de su lectura una diferente,
ya que en ella intervienen distintos factores como condiciones sociales, económicas,
políticas, experiencia escolar, lecturas realizadas, habilidad lectora y la finalidad con la que
la lleve a cabo, quizá es por ello que algunos autores la categorizan por tipos.
Existen múltiples posibilidades de categorización, a continuación se presentan sólo
algunas de esa gran diversidad.
Noé Jitrik (1997, p. 31-34) presenta tres tipos de lecturas las cuales son:
• Lecturas rutinarias. Son aquellas que hacemos sin prestar mucha atención, de
manera hasta cierto punto mecánica, como leer anuncios, carteles, etiquetas;
etcétera.
• Lecturas obligatorias. Son las que apoyan una relación productiva, de base
económica; lecturas relacionadas con el trabajo que se realiza; libros de texto,
etcétera.
• Lecturas placenteras. Se sitúan en lo extraordinario y fuera del espacio económico;
suelen realizarse fuera de horarios de trabajo; forman parte de lo que se designa
como tiempo libre.
Es en esta última donde se desarrolla la conducta lectora. Cabe señalar que estos
grupos no son excluyentes, sino complementarios uno del otro.
16
3 Fomento a la lectura en los niños
Nos encontramos en pleno siglo XXI frente a un mundo globalizado que enfrenta
procesos como el desempleo, enfermedades, desintegración familiar, delincuencia,
corrupción, crimen organizado, drogadicción, deterioro del medio ambiente, pobreza,
analfabetismo, entre otros; son una realidad frente a la cual se encuentran los niños desde el
momento que formen parte de esta sociedad. Esta realidad sólo podrá cambiar de acuerdo
con las medidas llevadas a cabo por la misma sociedad, la cual es formada por cada uno de
nosotros sin excepción alguna, incluyendo a los niños.
En este sentido, es necesario darles las herramientas necesarias a ellos para que puedan
participar de manera responsable, crítica, y libre y llevar acabo medidas que beneficien al
mundo en el que vivimos; y esto sólo se logra con la educación, la cual por supuesto
contempla en su proceso a la lectura.
La infancia es una edad ideal para fomentar el hábito de la lectura, ya que es la etapa
donde los niños adquieren los principales hábitos y conductas que los guiarán a lo largo de
su vida. Entre esas conductas podemos mencionar la imitación, que si se desarrolla
adecuadamente puede favorecer el buen hábito de la lectura: “El niño, desde su nacimiento
empieza a observar todo cuanto le rodea y en esa observación, se incluyen las personas que
tiene a su alrededor y sus actuaciones. Esto ocurre tanto más cuanto menor es la edad de
una persona” (Cervera, 1984, p. 34).
Pero en realidad ¿Para qué les sirve leer a los niños? La lectura es uno de los mayores
regalos que se le puede dar a un niño; a través de ella: “amplía sus intereses, le permite
cuestionar sus ideas, desarrollar su memoria y atención y serán capaces de hablar con
libertad, con orden y con respeto de casi cualquier cosa” (IBBY, 1993, p. 15). Es así como
la lectura crea efectos y distintos beneficios, como ya se mencionó, en las personas que la
realizan.
A continuación se nombran otras funciones de la lectura (propuestas por Venegas
(1993, p. 23)) y sus efectos que se manifiestan en los niños al realizarla.
17
La lectura cumple para el niño una doble función:
a) A nivel individual.
b) A nivel social.
A nivel social leer sirve para:
• Para recibir información útil, datos que integran al niño a la vida en comunidad y a
la cultura de su país.
• Para asimilar y cambiar creencias y comportamientos dentro de los grupos sociales
• Para comprender mejor el lenguaje y las costumbres de un pueblo, y para
identificarse con su tradición oral y escrita.
A nivel individual, leer tiene las siguientes funciones:
• Función cognoscitiva:
Satisfacer la curiosidad y necesidad de información del niño.
Desarrollar su lenguaje y operaciones mentales.
• Función afectiva:
Resolver conflictos y satisfacer necesidades de tipo emocional.
Encontrar alivio a sus temores, en la identificación con los personajes de la
literatura infantil de ficción.
Mejorar sus sentimientos y enriquecer su mundo interior.
• Función instrumental:
Como herramienta de aprendizaje.
Para solucionar problemas.
Para encontrar información general o datos específicos.
Para seguir instrucciones con el fin de realizar una labor.
Para encontrar actividades que ocupen su tiempo libre.
• Función de socialización:
18
Para recibir información que permita al lector estar integrado a la vida de su
comunidad, ganando seguridad con esta identificación (Venegas, 1993, p. 23).
Como se puede observar, es importante despertar el interés por la lectura desde la más
temprana edad, fomentar en los niños el hábito de ésta contribuye a su adecuado desarrollo
cultural e intelectual que serán bases fundamentales para su vida.
Es un hecho que el gusto por la lectura no es innato, no se nace sabiendo leer; para
conocer los placeres y las ventajas que la lectura proporciona, se tienen que desarrollar
ciertas habilidades y destrezas.
Para adquirir el conocimiento de esas habilidades, es necesario contar con los
materiales necesarios, en este caso libros que contengan las características adecuadas para
transmitir el gusto por la lectura y que contemplen los intereses de los pequeños así como el
rubro de edad a quien va dirigido. Asimismo es necesario que alguien encamine a los niños
en este gusto; es importante que lo hagan en un principio con ayuda de otras personas, para
adquirir el gusto y posteriormente hacerlo de forma autónoma. Los responsables de
transmitir el gusto por la lectura deberán tener en cuenta no obligar a leer o imponer la
lectura como un castigo, ya que como menciona Castronovo (2004, p. 35): “los lectores se
hacen con amor a los chicos, y fundamentalmente con amor a los libros”. Existen distintos
medios que influyen para que la lectura se convierta en una actividad cotidiana por gusto y
placer, entre ellos la familia, la escuela y la biblioteca, los cuales se detallan en el siguiente
apartado.
19
4 Medios para fomentar la lectura en los niños: familia, escuela y biblioteca
La familia
Las primeras experiencias que tiene el ser humano con su medio ambiente son
fundamentales para crear hábitos y valores. Por lo regular la familia es la primera fuente
con que se topa el niño para obtener sus primeros aprendizajes. Como ya se mencionó, la
infancia es la etapa donde el niño suele imitar y repetir lo que los padres hacen, por tanto es
una edad prominente para estimular el gusto por la lectura, ya que un niño que vive rodeado
de libros y de lectores asiduos, le será más fácil integrarse al proceso de lectura.
“Cuando un ser querido nos da a leer un libro, le buscamos en un principio a él en sus
líneas, sus gustos, las razones que le han llevado a colocarnos ese libro en las manos, las
señales de la fraternidad” (Pennac, 1993, p. 84-85).
El ambiente familiar puede crear una relación afectiva con el libro; asimismo no
bastará con que el niño vea a sus padres leer, también es necesario leer con él, sumergirse
en una lectura mutuamente para que el niño se sienta acompañado, conversar sobre lo leído,
y volver a leer. “la complicidad de la lectura nos permite vivir la experiencia de compartir
los sentimientos, las emociones, el deleite que nos hacen vivir los libros” (IBBY, 1993, p.
33).
Lo ideal sería que la familia fuera el primer contacto del niño con el libro; sin embargo
hay una gran falta de conciencia en el caso de las familias que aún sabiendo leer no lo
hacen, lo cual se llama analfabetismo funcional. Por otro lado, hay una gran falta de
condiciones económicas, lo que limita a las familias que tienen ingresos económicos muy
bajos para poder acceder a la lectura, ya que aún no tienen resueltas sus necesidades básicas
para poder vivir. Todas estas razones, entre muchas otras, evitan que la mayoría de las
familias de este país puedan crear un hábito lector en el hogar; mientras en unos hogares la
estimulación hacia el gusto por la lectura es escaso, en otros es nulo. Por supuesto, como ya
se mencionó, esto se debe a distintos factores económicos, políticos, sociales y culturales.
Puente Docampo (2002, p. 53-54) menciona tres situaciones que pueden favorecer la
actividad lectora de los niños en el hogar:
20
• La situación ideal, en la que los padres son lectores. En un ambiente de lectura
pueden crecer los lectores como los hongos en un ambiente de humedad. Se
multiplica el deseo de leer.
• Es aquél en el cuál se valora la lectura de los hijos aunque los padres no lean jamás.
• Es aquél en el cuál la familia no pone obstáculos a la lectura de los hijos
Es responsabilidad de los padres transmitir el gusto por la lectura a sus hijos y crear un
ambiente agradable y propicio, para que los pequeños ejerciten la lectura de una manera
voluntaria y placentera.
Escuela
La escuela cumple un papel muy importante dentro del proceso de formación del ser
humano; es en ella en donde se refuerza lo aprendido en el hogar y donde se obtienen los
instrumentos necesarios para poder adentrarse en la sociedad. Es así como la escuela tiene
como uno de sus objetivos fundamentales alfabetizar al individuo dentro de su proceso de
enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, la alfabetización sólo es el primer paso dentro de este
proceso, la formación del hábito lector debe ser el siguiente.
La escuela es un lugar propicio para que el individuo despierte una conducta lectora,
ya que es otro lugar de relación entre el niño y el libro. Existen niños que no tienen la
fortuna de contar con un hogar donde le hayan motivado el gusto por la lectura, y la escuela
es el único lugar donde estos pequeños llegan a conocer los libros y la experiencia de la
lectura. Es por ello que este contacto tiene que ser muy enriquecedor; tendrán que
enseñarles el gusto por la lectura a través de una gran diversidad de textos.
Sin embargo la enseñanza del gusto por la lectura en la escuela suele ser poco
favorable.
¿A qué se debe esto? Juan Domingo Argüelles (2003, p. 69) menciona algunas causas:
“La escuela se ha empeñado mediante la recompensa y el castigo de la calificación la
obligatoriedad de la lectura, lo que ha conseguido con ello no son lectores, sino estudiantes
que, en su necesidad de aprobar la materia, se aplican y se esfuerzan en afirmar lo que el
21
maestro y la escuela quieren oír, para después de obtener la buena nota abandonar por
completo los libros y la lectura, que tantas mortificaciones les dieron”.
De lo anterior podemos comentar que existe una clara necesidad de fortalecer la
enseñanza de la lectura por placer en la escuela; sin duda son distintos los factores que
intervienen en esto, el sistema educativo es uno de ellos. Aunque se han hecho algunas
propuestas al respecto con el fortalecimiento de trasmitir la lectura, éstas no han dado los
resultados que se requieren. Es urgente fortalecer esas propuestas; en los programas de
estudio es necesario implementar más herramientas para el aprendizaje y fortalecer los
estímulos para ver, enseñar y transmitir la lectura como un placer, como un acto libre y no
como un castigo, ya que: “el gusto por la lectura no se adquiere por obligación, sólo puede
ser fuente de alegría cuando ha sido fuente de descubrimientos espontáneos” (IBBY, 1993
p. 11).
Asimismo, es necesario actualizar al personal docente con cursos dirigidos a motivar la
lectura. Por otro lado, mientras esto sucede, los maestros deben actuar independientemente,
haciendo conciencia del problema y teniendo en cuenta lo importante que es su
intervención en la educación de sus alumnos. Para esto tienen que leer, leer y no dejar de
leer; la mejor motivación para que los niños lean, será ver a su maestro frente al grupo
hacerlo, ya que con esto, al igual que los padres, contagiarán el placer y gusto por la lectura
A continuación, de acuerdo con Venegas (1993, p. 22), se mencionan algunos puntos
que los maestros deben tener en cuenta para estimular el gusto por la lectura en los chicos.
• El docente debe conocer los conceptos y destrezas previos al aprendizaje de la
lectura y saber estimular la actividad lectora en el niño.
• Los materiales de lectura utilizados deben ser interesantes, atractivos y variados en
temas y contenidos. Estos materiales deben estar fácilmente disponibles para el uso
del alumno y el docente.
• El método de instrucción y evaluación debe ser adecuado para el alumno y
contemplar aspectos de la lectura tales como: el placer que proporciona, la función
que cumple para el niño, y la forma como afecta su aprendizaje y creatividad.
22
• Las actitudes que el maestro y el niño tengan hacia el libro serán el factor
motivador más importante en el desarrollo del hábito lector pero también influyen
profundamente el ambiente familiar y el clima emocional de la clase.
Otro elemento importante a considerar para el fomento a la lectura dentro de la escuela
es la biblioteca; cuando es posible tener una biblioteca escolar, los profesores tendrán otro
factor a favor para acercar a los chicos a la lectura
La biblioteca escolar tiene los siguientes factores que posibilitan esta actividad.
Entre las actividades principales de toda biblioteca se encuentra resguardar los
materiales, organizarlos y difundirlos con el fin de satisfacer distintas necesidades de
información de acuerdo con la comunidad a la que pertenece.
En el caso de la biblioteca escolar, ésta será un lugar externo al salón de clases
destinado a los alumnos como un lugar propicio para el estudio, la investigación, y la
lectura; los servicios estarán dirigidos a la comunidad escolar, con el fin de apoyar los
planes y programas de estudio de la institución a la que pertenece .
A continuación se mencionan los principales objetivos de la biblioteca escolar entre los
cuales la Unesco/IFLA (2006) menciona unos destinados al fomento de la lectura:
• Respaldar y realizar los objetivos del proyecto educativo del centro escolar y del
plan de estudios.
• Inculcar y fomentar en los niños el hábito y el placer de la lectura, el aprendizaje y
la utilización de las bibliotecas a lo largo de toda su vida.
• Ofrecer oportunidades para realizar experiencias de creación y utilización de
información a fin de adquirir conocimientos, comprender, desarrollar la
imaginación y entretenerse.
• Prestar apoyo a todos los alumnos para la adquisición y aplicación de capacidades
que permitan evaluar y utilizar la información, independientemente de su soporte,
formato o medio de difusión, teniendo en cuenta la sensibilidad a las formas de
comunicación que existan en la comunidad.
23
• Facilitar el acceso a los recursos y posibilidades locales, regionales, nacionales y
mundiales para que los alumnos tengan contacto con ideas, experiencias y
opiniones varias.
• Organizar actividades que estimulen la concienciación y la sensibilización en el
plano cultural y social.
• Trabajar con el alumnado, el profesorado, la administración y las familias para
realizar el proyecto educativo del centro escolar; proclamar la idea de que la
libertad intelectual y el acceso a la información son fundamentales para ejercer la
ciudadanía y participar en una democracia con eficiencia y responsabilidad.
• Fomentar la lectura y promover los recursos y servicios de la biblioteca escolar
dentro y fuera del conjunto de la comunidad escolar.
Podemos concluir que la escuela puede ser un lugar idóneo de encuentro agradable del
niño con la lectura placentera y no por obligación, siempre y cuando se tengan los recursos
necesarios para hacerlo y las personas a cargo estén dispuestas y conscientes de los
múltiples beneficios que aporta una lectura placentera y por gusto en sus alumnos.
Asimismo: “el salón de clases debería ser simplemente la sede de una conversación
inteligente, una conversación en la que se compartan las inquietudes, la curiosidad, la
imaginación, las ocurrencias, las preguntas, los sueños, los deseos, el asombro” (IBBY,
1993, p. 15).
Biblioteca pública
La biblioteca pública es otro lugar donde el niño podrá tener contacto con el libro, y no
sólo para obtener información que la escuela le señale, sino como un lugar de aprendizaje y
esparcimiento donde podrá realizar una lectura recreativa y placentera y no por obligación.
A la biblioteca pública tienen acceso todas las personas sin importar edad, raza sexo,
escolaridad entre otras; siempre brindando sus servicios con igualdad y sin discriminación.
24
Aunque a la biblioteca asisten personas de distinta edad, ésta siempre contará con una
sección infantil dirigida a los niños para brindarles un espacio donde disfrutar de todos los
libros destinados para ellos.
A continuación se mencionan las funciones de la biblioteca pública de acuerdo con el
manifiesto de la Unesco/IFLA (1994):
• Crear y consolidar el hábito de la lectura en los niños desde los primeros años.
• Prestar apoyo a la autoeducación y la educación formal de todos los niveles.
• Brindar posibilidades para un desarrollo personal creativo.
• Estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes.
• Sensibilizar respecto del patrimonio cultural y el aprecio de las artes y las
innovaciones y logros científicos.
• Facilitar el acceso a la expresión cultural de todas las artes del espectáculo.
• Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural.
• Prestar apoyo a la tradición oral.
• Garantizar a todos los ciudadanos el acceso a la información comunitaria.
• Prestar servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y
agrupaciones.
• Contribuir al mejoramiento de la capacidad de información y de las nociones
básicas de informática.
• Prestar apoyo a las actividades y programas de alfabetización destinadas a todos
los grupos de edad, participar en ellas y, de ser necesario, iniciarlas.
Cabe señalar que entre las funciones antes mencionadas siempre hay algunas que se
refieren al fomento a la lectura; esto implica la importancia que se le da a nivel
internacional a la biblioteca pública como promotora de lectura; por ello es importante
adquirir el compromiso en intervenir adecuadamente para que ésta cumpla con su misión.
La intervención será de acuerdo con el papel que se tenga en la sociedad: como padres,
profesores, bibliotecarios, etcétera debemos acercar por todos los medios posibles a los
niños a las bibliotecas públicas, con el fin de acercarlos también a la lectura.
25
Por otro lado, a nivel nacional, en México la Red Nacional de Bibliotecas Públicas
incorpora dentro de sus servicios fundamentales actividades de fomento a la lectura, entre
las cuales se pueden destacar las siguientes:
• Las que se llevan a cabo de manera permanente:
Hora del cuento. Lectura o narración de un cuento del acervo de la biblioteca,
mediante el uso de diversas técnicas, ya sea dramatizando los diálogos,
usando diferentes tonos de voz o con el apoyo de títeres, carteles, máscaras,
etcétera. La hora del cuento es un buen principio para que los niños
encuentren en la lectura un placer y un gusto en sí mismo. Es un excelente
medio para que los niños amplíen su vocabulario, estimulen su imaginación y
creatividad, desarrollen su capacidad de atención y comprensión del lenguaje.
Círculo de lectura. Es una actividad de lectura compartida que se origina a
partir de un cuento, una fábula, un fragmento de novela o un poema. El
bibliotecario presenta la obra con breves comentarios sobre el autor y el tema
del texto. Los participantes, sentados en círculo, se turnan para leer en voz
alta fragmentos de la obra y concluyen con un intercambio de opiniones. Es
el medio ideal para que el usuario se sienta atraído por los libros gracias a la
participación libre y espontánea que éste pueda tener en el círculo.
Juegos de investigación. Consiste en la presentación de diversas interrogantes
en torno a temas que llaman la atención de los niños. A partir de éstas se guía
a los niños a que localicen y analicen la información que se encuentra al
respecto en los libros. Los juegos de investigación constituyen una forma
amena y divertida de promover la lectura informativa entre los niños.
Mediante esta actividad se estimula la capacidad crítica y creativa propia de
la infancia y se ofrecen alternativas para que los niños encuentren respuesta a
muchas preguntas que se hacen al respecto de un sinfín de temas.
Periódico mural. Es una actividad de apoyo de fomento a la lectura; es un
recurso gráfico que tiene como función transmitir avisos, sucesos e
información. Expone en notas breves temas de interés general, efemérides
26
nacionales e internacionales, recomendaciones de las obras del acervo o
avisos sobre eventos y servicios de la biblioteca pública.
Exposición bibliográfica. Es otra actividad de apoyo al fomento a la lectura;
tiene como propósito mantener informados a los usuarios de las nuevas
adquisiciones y promover el acervo. Se muestran libros relacionados con
diferentes temas como: eventos culturales, festividades de la comunidad, o se
pueden exhibir libros de reciente adquisición u otro material bibliográfico que
pueda apoyar las actividades de la biblioteca.
• Actividades encaminadas a jóvenes y adultos
Tertulia. Es una reunión de carácter informal que propicia la convivencia y el
intercambio de opiniones y experiencias entre los participantes a partir de un
tema específico. A partir de los intereses de los usuarios, se propicia el
surgimiento de nuevos temas para que los participantes hagan uso del acervo,
localicen los libros en el catálogo y, posteriormente, en la estantería.
Teatro en atril: Es la lectura en grupo, en voz alta, de una obra de teatro; se
asigna a cada participante el parlamento de un personaje y a un participante
en particular la lectura de las indicaciones de la escena, esto permite que
todos puedan imaginar la obra en un escenario. Es una actividad
especialmente atractiva para los jóvenes. Es la actividad ideal para promover
la literatura dramática del acervo que, por su variedad, ofrece infinitas
posibilidades.
Otra actividad que se lleva acabo ocasionalmente sólo en vacaciones de verano es Mis
vacaciones en la biblioteca pública, que es un programa dirigido a todos los niños, el cual
se lleva a cabo durante las vacaciones de verano para que a través de talleres de fomento a
la lectura pasen un rato agradable y placentero, junto a los libros que más sean de su interés.
Los talleres duran una semana y combinan la lectura de cuentos, fragmentos de novelas,
refranes, canciones, trabalenguas, poemas, anécdotas, etcétera, con diferentes actividades
lúdicas, tales como juegos, representaciones teatrales, video cine, manualidades, entre otras
(Magaloni, 1999, pp. 46-52).
27
La biblioteca pública debe ser un lugar propicio para realizar una lectura placentera, ya
que cuenta con materiales bibliográficos adecuados y actividades correspondientes para
fortalecer la lectura; ésta debe ser un lugar donde el niño encuentre:
• Un medio ambiente que estimule el uso libre y agradable del libro.
• Un lugar para el aprendizaje informal, que le permite practicar sus habilidades
lectoras, distinto al salón de clases. Allí puede actuar en forma individual y avanzar
a su propio ritmo, con materiales a su gusto.
• Materiales diversos que le sirven para desarrollar su espíritu de observación y
avivar sus curiosidad.
• La oportunidad de que forme sus gustos, preferencias, habilidades críticas y
creativas respecto a la lectura.
• Ocasiones para leer y opinar libremente, formando su autonomía como lector.
(Venegas, 1993, p. 24).
Lo anterior aplica tanto en la biblioteca escolar, como en la pública.
Asimismo es importante mencionar la labor del bibliotecario; tanto en la biblioteca
escolar como en la pública, éste juega un papel muy importante, con su actitud, entusiasmo,
compromiso y el trato cotidiano con los usuarios podrá determinar más específicamente las
actividades adecuadas para cada lector. De tal forma el bibliotecario debe ser un lector
recurrente y asiduo, ya que la mejor manera de transmitir la lectura es efectuarla y
compartirla.
En este sentido podemos decir que la interacción complementaria de los tres ámbitos
antes mencionados que tienen que ver con el desarrollo apropiado de la lectura: familia,
escuela, biblioteca, puede lograr que el hábito y placer por la lectura forme parte importante
de la vida cotidiana de cada persona, tanto en una edad temprana como por el resto de su
vida.
28
5 Literatura infantil y géneros literarios
Para hablar de literatura, tenemos que hacer uso de dos términos importantes que son
literatura oral y literatura escrita. En un principio las primeras manifestaciones de literatura
se dieron de forma oral como vía de comunicación, para dar a conocer el folklore,
costumbres y anécdotas que conforman una comunidad. Posteriormente, con el paso del
tiempo y con la necesidad de dejar plasmada las vivencias de lo ocurrido por los seres
humanos durante la historia y de preservar todo conocimiento, sobresale la literatura escrita,
que junto con el medio impreso, contribuyen para que la literatura logre expandirse en
mayores horizontes.
En este sentido, podemos decir que la literatura, sea oral o escrita, es considerada
como un medio de expresión del ser humano a través del cual se pretende transmitir un
mensaje para dar a conocer puntos de vista, sentimientos, su manera de ver y sentir el
mundo.
En cuanto al origen de literatura infantil podemos decir que existen muchas
concepciones del término y esto se debe en gran parte a la evolución y aceptación del
concepto de infancia y a la generalización del acceso a la educación, por lo cual el concepto
de literatura infantil dependerá de una época histórica determinada.
En este contexto podemos mencionar por ejemplo, que las obras anteriores al siglo
XVIII que eran escuchadas por los niños, no estaban dirigidas a las necesidades e intereses
del concepto de infancia considerado hoy en día. Los niños eran vistos como hombres en
miniatura; las responsabilidades que se les atribuían eran destinadas al adulto que hoy
consideramos; por lo cual la literatura que leían u oían estaba enfocada principalmente a sus
deberes y a la forma adecuada de comportarse en la sociedad. Es preciso mencionar
también que la cultura en esta época era accesible a muy pocas personas, entre ellos la
nobleza y el clero, mientras que el público popular se deleitaba de la tradición oral a través
de los juglares.
Entre las obras representativas de tal época, según Carmen Villasante (citado por Amo,
2003, pp. 80-81) estaban:
29
• Cantares de gesta, como el Poema del Mio Cid.
• Poemas narrativos cultos del tipo de los Milagros de Nuestra Señora de Gonzalo
de Berceo
• Cantigas de Alfonso X.
• Romances, dentro de los cuales el niño podía encontrar ejemplos muy parecidos a
los de mágicas historias de hadas y príncipes.
• Lírica tradicional.
Se puede hablar propiamente de literatura infantil a partir del siglo XVIII, ya que como
menciona Miretti (2004, p. 49): “Es entonces cuando se empezó a considerar a la infancia y
por tanto a la adolescencia como etapas diferenciadas de la adulta”.
A partir de esa época la infancia se consideró como una etapa con características y
necesidades propias, lo que llevó a la creación de libros específicos para este rubro de edad.
Sin embargo, es importante mencionar que en un principio estos libros solían tener
contenidos en excesivo morales y educativos, por lo que los niños leían gran cantidad de
obras que aunque no eran dirigidas a ellos sino a todos los públicos, contenían elementos
como aventura, fantasía e imaginación, las cuales lograban atraer su atención.
Sin duda esto hace variar la edición de libros y hace que los escritores se preocupen
más por incorporar obras dirigidas al entretenimiento y ocio; esto sucede pero en definitiva
el aspecto moral sigue vigente en sus obras.
Como ya se mencionó, las primeras manifestaciones de literatura que hay se hallan en
la tradición oral, a través de los cuentos, poemas, juegos infantiles, etcétera, que eran
contadas al público con la finalidad de transmitir aquella fantasía e imaginación de que eran
portadoras.
Estas obras son conocidas aún más cuando traspasan el límite entre lo oral y lo escrito.
Entre los pioneros de la literatura infantil que se enfocan más en la fantasía de manera
escrita, podemos mencionar al francés Charles Perrault, quien al expresar por escrito los
relatos escuchados en su infancia, publica a finales del siglo XVII (1697) su obra Los
cuentos de mi Madre la Oca, donde da a conocer a los niños obras como Caperucita roja,
30
La cenicienta, El gato con botas, La bella durmiente, Pulgarcito, entre otras; todas ellas
obras inolvidables y de gran agrado para los niños hasta la fecha .
A principios del siglo XVIII destaca Rousseau con su obra Emilio, que es considerada
“como la máxima referencia que marca el giro hacia lo que debería ser una lectura
específica para los lectores infantiles” (Miretti, 2004, p. 40).
En este mismo siglo como ya se mencionó, la etapa de la infancia es reconocida por la
sociedad; asimismo, las corrientes pedagógicas tienen un gran auge en la época e influyen
considerablemente en los escritores.
Existen otros autores que aunque no escriben con fines totalmente pedagógicos ni
especialmente para niños construyen obras alternativas con componentes fantásticos y
maravillosos que dejan huella dentro del repertorio de la literatura infantil, por ejemplo:
El británico Daniel Defoe que escribe y publica en 1719 a Robinson Crusoe; gracias a
algunos elementos que el autor utiliza en su obra, como el optimismo y la voluntad del
hombre para crear su propio destino ante las adversidades, Daniel Defoe logra crear un
estilo que influye en la escritura posterior de diversos autores.
Otro autor a considerar es Jonathan Swift, escritor con un gran sentido del humor; en
1726 publica su obra Los viajes de Gulliver en el que nos muestra “cuan relativo es todo en
el reino de este mundo y cuán estúpidos pueden llegar a ser los hombres a través de su
orgullo. La obra reduce a los hombres a su justa medida, los caricaturiza y los conduce a la
más amarga derrota del amor propio” (Elizagaray, 1975, p. 79). Aunque Swift escribe este
libro con fines satíricos y fundamentos filosóficos, la aventura y la acción que se presentan
en esta obra penetran en la imaginación de los niños hasta conquistarlos.
Siglo XIX
Durante el siglo XIX surgen figuras importantes dentro del género de la literatura
infantil.
“La constitución de la infancia como público lector forma parte de la gran extensión de
la alfabetización que se produjo en la sociedad durante el siglo XIX. Mujeres, obreros y
niños fueron tres segmentos sociales que se incorporaron masivamente a la posibilidad de
31
lectura y que, con sus demandas, hicieron variar la edición en general y la literatura en
particular”. (Colomer, 1999, p. 83).
Entre las figuras más destacadas durante este siglo, podemos mencionar a los
siguientes:
Los alemanes Guillermo y Jacobo Grimm hacen una gran recopilación de los cuentos y
el folklore escuchados en su niñez, y publican en 1812 Los cuentos de la infancia y el
hogar entre los que destaca Hansel y Gretel.
Hans Christian Andersen, considerado el príncipe de los cuentistas infantiles, publica
en 1835 su obra Cuentos para niños, donde trata temas presentes en todos los seres
humanos como: “el amor, el dolor, la necedad, el orgullo, el egoísmo, la crueldad, el
dualismo, y hasta la problemática del bien y del mal” (Elizagaray, 1975, p. 90). Entre sus
obras podemos encontrar : El patito feo, que es considerado una autobiografía, La sirenita,
Los cisnes salvajes, La reina de las nieves, El ruiseñor, entre otros .
Otro autor importante es Charles Dickens, quien a través de sus obras Oliver Twist en
1839 y David Copperfield en 1850 trata aspectos sobre la situación de la infancia en su país.
El autor en estas obras igualmente se dirige a un público adulto pero “alcanzó el favor
infantil gracias a su estilo caricaturesco y a la potencia narrativa que absorbe su detallada
descripción de personajes y ambientes” (Colomer, 1999, p. 88).
Gran escritor que es considerado como uno de los autores más leídos del género
infantil es Julio Verne, autor de obras en las que sin duda influyeron muchos sueños de su
infancia, entre ellas: La vuelta al mundo en ochenta días, Veinte mil leguas de viaje
submarino, Cinco semanas en globo; obras que también se caracterizan por contener
elementos científicos.
A mitad de siglo, en 1864 el controvertido autor inglés Lewis Carroll publica un
clásico de la literatura infantil: Alicia en el país de las maravillas, obra que fue creada tanto
para entretenimiento de los pequeños como para hacer una crítica de la sociedad de la
época; a través de la imagen inocente de Alicia, Lewis refleja la censura de forma irónica
de algunas costumbres del momento, así como del uso de los textos escolares también
utilizados en esta época.
32
En 1871 se publica A través del espejo, considerada ésta como la segunda parte de
Alicia; se caracteriza por ser “una obra muy ingeniosa y chispeante, también plena de
caricaturas sociales” (Elizagaray, 1975, p. 110).
Otro autor en este siglo y apasionado por las aventuras es Robert Louis Stevenson,
quien nos da una muestra de esta gran pasión con su obra La isla del tesoro, que se publica
en 1882. “Esta novela es una obra destinada a hacer felices a los niños mediante el ejercicio
de la imaginación y el ensanchamiento de la sensibilidad” (Elizagaray, 1975 p. 115).
Louise May Alcott, pocas de las mujeres en este género, autora de libro Mujercitas que
se publicó en 1868; esta obra es en parte autobiográfica ya que narra a través de su
protagonista muchas de las peripecias que pasó la autora en algún momento de su vida;
aunque esta obra tiene grandes fines educativos y éticos, los niños la adoptan en su
repertorio de favoritos dentro de la literatura infantil.
Otro autor destacado es Mark Twain con dos de sus grandes obras Las aventuras de
Tom Sawyer en 1876 y Hukleberry Finn en 1884; obras en las que trata a través de sus
personajes parte de su infancia y juventud.
Los anteriores son algunos de los muchos autores que florecieron en la época del siglo
XIX.
Época contemporánea
La época moderna trajo consigo muchos cambios que repercutieron en distintos
campos como el tecnológico, social, cultural, etcétera. la generalización de la educación, ya
más consolidada en esta época, contribuyó bastante al acceso de la lectura de distintos
sectores. Asimismo, impulso y diversificó considerablemente el mundo de la literatura
infantil, además de que la edición de libros se diversificó.
Es a principios del siglo XX cuando “La literatura infantil comienza a sacudirse del
tono instructivo que se le había conferido a lo largo de su historia, apostando
progresivamente por manifestaciones cada vez más imaginativas y recreativas” (Amo, 2003,
p. 89).
Sin embargo, a mitad de siglo suceden grandes cambios sociales que repercuten
considerablemente tanto en la historia en general como el campo de la literatura. Después
33
de la Segunda Guerra Mundial los autores tienden a escribir historias basadas más en la
realidad, algunas de ellas en torno de la vida cotidiana y escolar. Asimismo, de acuerdo con
Miretti (2004, p. 51): “utilizan un enfoque entre la realidad y la fantasía, e incursionan en
campos de la ciencia ficción”. Entre las obras más destacadas podemos mencionar: “Peter
Pan (1904) de James Matthew Barrie, Mary Poppins (19349 de Travers, El Principito de
Saint Exupéry; en el campo de la ciencia ficción encontramos a Asimov con Yo Robot en
1940, Bradbury con Crónicas marcianas en 1950” (Miretti, 2004, p. 51), entre otras.
También destaca en este periodo El viejo y el mar (1952) de Ernest Hemingway, otra
obra que tampoco es dirigida a los niños pero que por su estructura, temática y sencillez
con la que está escrita, también es adoptada por ellos; en el contenido Hemingway nos
muestra como “el hombre podrá ser derrotado muchas veces, infinidad de veces, pero
nunca vencido; luchará contra las más adversas y traicioneras fuerzas visibles y ocultas de
la naturaleza” (Elizagaray, 1975, p. 81).
Asimismo, entre las obras que mezclan la realidad y la fantasía, denominado como alta
fantasía se encuentran las obras de Tolkien, El Hobbit en 1937 y El señor de los anillos en
1954.
Literatura infantil en México
Los antecedentes de la literatura en México se basan en la gran riqueza cultural que
este país posee. Mucho antes de la Conquista ya se llevaban a cabo prácticas relacionadas
con la lectura, al igual que en otras culturas a través de la literatura oral, con las leyendas,
mitos, entre otros, que eran dirigidas al público en general y entre ellos los niños.
Época prehispánica
A pesar de la extinción de pueblos y culturas indígenas, aún podemos mencionar una
gran diversidad en este aspecto: “hoy en día existen en México entre cincuenta y cuatro y
ciento sesenta lenguas indígenas... sobresalen el náhuatl, con más de un millón de hablantes;
el maya con más de seiscientos mil; el zapoteco, el mixteco, el otomí y el tzeltal, de
doscientos mil a los quinientos mil; el mazahua, el mazateco, el purépecha, el huasteco y el
34
tzotzil, entre cien mil y doscientos mil” (Rey, 2000, pp. 37-39). Esto sin duda refleja la
existencia de esa gran diversidad en las culturas y pueblos con una historia y formas de vida
propias y que sin duda podemos conocer a través de la literatura.
Aunque en un principio, al igual que en otros lugares, en México no se tenían en
cuenta los intereses de los niños como personas diferenciadas de los adultos, es importante
mencionar la preocupación de los padres por su educación aunque esto solo fuera para
adquirir destrezas para la guerra, el trabajo y buenas costumbres. En el caso de los aztecas,
los niños al cumplir los quince años eran enviados al Calmécac, que era el lugar donde los
hijos, principalmente de comerciantes, asistían para adquirir la enseñanza intelectual y del
buen comportamiento, o al Telpochcalli, dirigido más al pueblo, donde se adquirían las
destrezas para las artes de la guerra.
La literatura de los pueblos prehispánicos se basaba principalmente en su vida
cotidiana, en sus costumbres, en la naturaleza, donde resaltaba sin duda la poesía de la cual
entre sus principales autores encontramos a: “Tozcuatetsin, Tetlepanquetzal,
Motennehuatzin, Cuacuahtzin, Tececepouhqui, Nezahualcóyotl, Netzahualpilli, y la
poetista Chalchihuhucuetzin” (Trejo, 1950, p. 24).
Menciona Trejo (1950, p. 25): “Sus poemas cantan a los dioses dadores de todo bien,
exaltan la gratitud, el honor, la obediencia, el valor, virtudes sobresalientes”.
Esta poesía gozaba de una gran frescura y espontaneidad que transmitían su forma tan
natural de ver la vida en ese tiempo y esto sin duda hacía que se integrara más fácil a los
niños.
Entre otros documentos que también eran dirigidos a los niños están el Huehuetlahtolli
o antiguas palabras, que expresaban un gran contenido moral para el comportamiento
adecuado en sociedad y en la vida cotidiana y en los que intervenían padres y madres de
familia, sacerdotes y sabios; se trataban temas como el nacimiento, el matrimonio, la
muerte, la belleza, la sabiduría, entre otros.
Entre estos documentos destacan: Exhortación de un mexicano a su hijo, y
Exhortación de una mexicana a su hija; textos donde se refleja el gran enfoque moral de la
literatura.
35
Otro género que destaca en esta época son las Leyendas, que se basaban en temas
importantes para la comprensión del mundo, tales como el sol, la luna, la tierra, el hombre,
etcétera.
Entre estos documentos destacan de acuerdo con Rey (2000, pp. 50-59) “El nuevo sol
en Teotihuacan, literatura náhuatl, Popol Vuh, literatura maya, Relato acerca del origen del
mundo y el hombre, literatura mixteca” entre otros.
Durante la conquista hay una gran variedad de fábulas indígenas que contienen una
mezcla de elementos como los animales entre culturas prehispánicas y occidentales.
Asimismo encontramos adivinanzas, donde al igual que en las fábulas se mezclan
elementos de origen español.
Época Colonial
Durante la conquista y después de ésta, México o la Nueva España se ve sometido a
cambios trascendentales para su historia.
Los españoles se dedican a explotar los recursos naturales de México para utilizarlos
en su beneficio y toman como esclavos a los indígenas que se encargan de realizar la mano
de obra de este arduo trabajo. Asimismo los nativos se ven sometidos a una educación en
costumbres religiosas e idioma provenientes de España, con el propósito de dejar atrás toda
una cultura y mantener al pueblo sumiso y al servicio de la Corona.
Tomando en cuenta estos aspectos es de considerar que la mayor parte de la literatura
en la época colonial se basa en la fuerte influencia de los españoles y con fines religiosos y
morales; por lo que la literatura que los niños mexicanos recibían en su caso era la misma
que la de los niños españoles.
“Tanto la literatura como el mundo intelectual de los siglos de la Conquista y la
Colonia estuvieron dominados por los europeos” (Rey, 2000, p. 77).
En este periodo los frailes toman un papel muy importante, ya que por un lado se
dedican a evangelizar y por otro son los encargados de interpretar y traducir la literatura
que era dirigida al pueblo. Entre ellos podemos mencionar a “fray Bartolomé de las Casas,
el arzobispo Zumárraga, fray Bernardino de Sahagún, fray Juan de Torquemada” (Rey,
2000, p. 77), entre otros.
36
Posteriormente una situación que influye bastante en la producción de literatura
mexicana es la fusión de culturas que existe en la época colonial; de esta manera la
literatura además de contener elementos españoles, también contenía presencia de otras
culturas como la africana.
Un ejemplo de esta mezcla son las canciones de cuna, coplas, villancicos que son de
origen español y que al llegar a México adquieren un tono especial al incorporar en una
nueva adaptación elementos propios del país.
Ejemplo:
Arrullo mestizo de México
Duérmete, mi niño
con todo y tambache,
tu madre la zorra,
tu padre el tlacuache.
Duérmete, niñita,
que ahí viene el viejo,
a llevarte viene
con todo y pellejo
Duérmete niñito,
que ahí viene el coyote,
a llevarte viene
y a comerte al monte.
duérmete mi niño,
que estás en cajón;
tu madre la zorra,
tu padre el tejón.
Duérmete niñito,
no venga el causón,
te quite la vida
y a mi el corazón (Rey, 2000, pp. 87-88).
37
Algunos autores que sobresalen durante la Colonia, principalmente por su sencillez en
su forma de escribir para atraer a los niños son Juan Ruiz de Alarcón, sor Juana Inés de la
Cruz, Carlos de Singüenza y Góngora, Chimalpaín, Ixtlixóchitl y Tezozomoc, por
mencionar algunos.
Época de Independencia
El siglo XIX marca una etapa importante para la historia de México; en la necesidad
de ejercer la libertad y soberanía, el pueblo comienza un movimiento denominado de
Independencia, con el cual pretende obtener su soberanía para gobernarse como nación.
La fábula que es de origen español y con fin educativo y moral sigue vigente en este
periodo. Entre sus principales autores encontramos a: José Joaquín Fernández de Lizardi
(1776-1827) con sus principales obras El periquillo Sarniento y La Quijotita y su prima;
Luis Mendizábal, con sus fábulas militares y políticas como El tinajero y El avestruz;
Mariano Barazábal con El neblí y el guajolote, Los dos ratones, los cuatro gatos, El
panadero, El leproso y el pasajero (Rey, 2000, pp. 104-112).
José Rosas Moreno es considerado como el fabulista mexicano por excelencia y sobre
todo en esta época. Entre sus principales obras encontramos las siguientes dentro de las que
se encuentran algunas de poesía, puesto que también destacó en este género, las obras son:
“Nuevo libro segundo, Ontología, Libro de oro, La ciencia de la vida, Manual de
urbanidad, Hojas de Rosas, (poesía), Un viajero de diez años, Recreaciones infantiles, Un
nuevo amigo de los niños, Libro de la infancia, Excursiones al cielo, y Un libro para mis
hijos” (Trejo, 1950, p. 53), entre otras.
Asimismo este autor publica dos periódicos: La Edad Feliz y Los Chiquitines, que por
su contenido son dirigidos al público infantil. También sobresale en el teatro creando obras
como: “Flores y espinas, que es una comedia en verso y en tres actos; Una mentira
inocente, que es una comedia en dos actos; Nadie se muere de amor, Sor Juana Inés de la
Cruz en tres actos. Sus comedias infantiles son: La mujer del César y Alrededor de la
Cuna” (Trejo, 1950, p. 53)
Aunque este autor sigue empleando la fábula como su máxima expresión en literatura,
hemos de mencionar su notable preocupación e interés por crear una auténtica literatura
38
infantil para México, publicando una gran cantidad de material empleando para ello como
ya se mencionó otros géneros como la poesía, el teatro y otros documentos como las
publicaciones periódicas. Asimismo es notable en él la influencia del Romanticismo, que al
igual que el Modernismo son dos corrientes literarias que predominan a finales de este siglo
y principios del siguiente.
Otro autor que sobresalió en la poesía fue Juan de Dios Peza, quien atribuyó en su obra
Cantos del hogar varios elementos propios para niños. Entre algunos poemas podemos
encontrar Fúsiles y muñecas y Éste era un rey.
Aparte de José Rosas Moreno existe otro autor que aparece antes que éste y contribuye
notablemente a la edición de las publicaciones periódicas en México. Nos referimos a
Wenceslao Sánchez de la Barquera quien publicó los periódicos: “El Mentor Mexicano
(1811), El Correo de los Niños (1813), y Diario de los Niños (1839-1840)” (Trejo, 2000, p.
135), obras consideradas como las más antiguas publicaciones en este género.
Entre otros autores reconocidos en este periodo encontramos a Guillermo Prieto,
muchos de los tantos que no escribían para niños, pero que por la sencillez en sus relatos
logra conquistar su interés. Entre algunas de sus obras encontramos: Memorias de mis
tiempos, en la cual nos transporta a muchos de sus recuerdos de su infancia y juventud.
Manuel Gutiérrez Nájera y Amado Nervo se desprenden de la corriente denominada
Modernismo. Nájera sobresale con sus obras “Cuentos frágiles (1883), varios con temas
navideños, entre los que destacan La cena de Navidad, Noel, El árbol de Navidad, Las
misas de Navidad y Una escena de Noche Buena” (Rey, 2000, p. 121); asimismo junto con
Carlos Díaz Dufoo se les atribuye la fundación de la Revista azul.
En las obras de Nájera podemos percibir una gran influencia europea, ya que
predomina el tema de Navidad que es originario de Occidente. En este mismo sentido
podemos mencionar las obra de Ignacio Manuel Altamirano y su Navidad en las montañas.
Por su parte Amado Nervo es creador de varios ensayos, novelas y poesía; asimismo se
le atribuye junto con Jesús E. Valenzuela la fundación de la Revista Moderna en 1898.
Como se puede apreciar, durante este siglo la edición de obras aumenta en relación con
el siglo pasado, aunque sigue predominando la influencia española en los temas educativos
y de moral. Asimismo la escasez de escritores dedicados a los niños exclusivamente es muy
notoria, aunque esto se verá mejorado en el siglo posterior.
39
Siglo XX
Sucesos importantes en el siglo XX se hacen presentes a través de cambios en aspectos
económicos, políticos, sociales y culturales del país.
A través de la Revolución Mexicana el pueblo se ve inmerso en una lucha constante en
defensa de sus ideales e intereses, este movimiento se manifiesta sin duda en todos los
aspectos y en todas las actividades y la excepción no es la literatura.
La literatura, como un medio de expresar formas de pensar de los individuos y de la
comunidad a la que pertenecen, sirve como puente de comunicación en esta etapa.
Aunque a principios de este siglo la literatura se caracteriza por contener los mismos
elementos morales y educativos de la centuria pasada y escasas producciones en el sector
infantil, surge alguien que le dará un gran giro no sólo a esto sino a la educación en general
de México. Nos referimos a José Vasconcelos, quien a través de la Secretaría de Educación
Pública se destaca por el impulso editorial de las publicaciones y de la literatura en especial
en el terreno infantil.
Asimismo, Vasconcelos en nombre de la educación y de la cultura: “abrió escuelas
primarias, preparatorias, rurales, técnicas, diurnas y nocturnas, museos y casas del pueblo,
preparó maestros y alfabetizadores, organizó cursos, conciertos, conferencias y
representaciones, ordenó la elaboración de murales con el tema de la historia de México;
invito a escritores latinoamericanos; y durante su gestión se abrieron decenas de bibliotecas
públicas, fijas y ambulantes (Rey, 2000, p. 141).
Y en cuanto a literatura en este primer periodo del siglo tenemos a un gran número de
obras en conjunto es decir ediciones colectivas, entre ellas:
Lecturas clásicas para niños, proyecto bajo la dirección de Vasconcelos, en los que
participan distintos autores tanto mexicanos como latinoamericanos como Gabriela Mistral,
misma que crea Lecturas para mujeres en 1924.
Otros autores sobresalientes en la época son Antonio Vanegas Arroyo (1850-1917),
quien junto con otros autores reproduce varios cuentos y leyendas como: “Juan/Ceniza,
Doctor improvisado, Las niñas de las perlas/La viejecita dichosa y El niño de dulce/Por
querer ser muñeco entre otros; asimismo se le conocen algunas colecciones de obras de
40
teatro como: Galería del teatro infantil, El placer de la niñez, selección completas de
monólogos” (Rey, 2000, pp. 149-156).
Pascuala Corona contribuye a la edición de una colección infantil en la que sobresale
su obra Juan Cantimplatas (1955) que se caracteriza por atribuir relatos populares. Mi libro
encantado que es una colección para niños y donde participan autores para adultos, donde
resalta Miguel N. Lira es otra de las obras más representativas.
En esta etapa aún es escasa la producción editorial en libros con autor único, ya que
predominan las ediciones colectivas, sin embargo hay interés por parte de los autores en
escribir para niños, aunque esto implique en ocasiones financiar sus propias ediciones.
A continuación se mencionan de acuerdo con Rey (2000, pp. 175-290) algunos autores
representativos de la narrativa infantil, poesía teatro y publicaciones periódicas a lo largo
del siglo.
Blanca Lydia Trejo destaca por introducir elementos del folklore mexicano en sus
obras, entre ellas: La marimba (1936), El ratón Panchito Roelibros (1936), Lecturas de
juventud (1941), Lo que sucedió al nopal (1941), Maravillas de un colmenar (1954), Copo
de algodón (1955), El quetzal (1955), Leyendas mexicanas para niños (1959).
Ermilio Abreu Gómez con Canek, Cuentos de Juan Pirulero (1939), Tres nuevos
cuentos de Juan Pirulero (1944), Cuentos para contar junto al fuego (1959) Juárez, su vida
contada a los niños (1969), entre otras obras. En Canek narra la vida de un héroe maya y
presenta las condiciones vitales y personalidad del pueblo indígena, por cual esta obra tiene
especial reconocimiento.
Agustín Yáñez con Flor de juegos antiguos (1941) y Pascuala Corona también resalta
en este género con Cuentos mexicanos (1945) y Cuentos de rancho (1951).
Antoniorrobles, extranjero pero con raíces mexicanas, destaca en la literatura infantil
con distintas obras entre ellas: Historia de Azulita y Rompetacones (1968), Cuentos para la
escuela primaria (1968), Las mil y una noches, versión de Antoniorrobles (1975), Ocho
estrellas y ocho cenzontles (1979).
Estos son sólo algunos de los autores que sobresalieron a lo largo del siglo XX en lo
que narrativa se refiere; también existen aunque de una forma más escasa la poesía y el
teatro que a continuación se mencionan.
41
En poesía sobresalen José Juan Tablada con El arca de Noé en (1926), Francisco
Gabilondo Soler o mejor conocido como Crí Crí, con Cuentos para cantar y canciones
para leer (1994).
En la primera etapa del siglo encontramos en la obra de Amado Nervo Los cantos
escolares (1903), dedicados a la niñez por su ternura y musicalidad.
Asimismo, encontramos algunas obras esporádicas de autores no específicos al sector
infantil y algunos maestros o personas preocupadas por la niñez, que en su espíritu de niños
nos dejan algunas aportaciones perdurables. Entre esos autores encontramos a: Salvador
Díaz Mirón, Rosario Castellanos, José Gorostiza, Manuel Gutiérrez Nájera, Miguel N. Lira,
Ramón López Velarde, Octavio Paz, Jaime Sabines, Carlos Pellicer, entre otros.
Y aquí una muestra de un poema de Jaime Sabines:
Caprichos (fragmento)
(Uno)
La niña toca el piano
mientras un gato la mira.
En la pared hay un cuadro
con una flor amarilla.
La niña morena y flaca
le pega al piano y lo mira
mientras un duende le jala
las trenzas y la risa.
La niña y el piano siguen
en la casa vacía.
En el teatro predomina el de títeres en la representación dramática de este siglo, en el
que aún predomina el enfoque didáctico, moral y religioso.
Así, destacó la compañía Rosete Aranda, con un gran éxito a principios de siglo, antes
de la crisis en la que se vio envuelta con obras como Las coplas de don Simón, el Discurso
del Coyote entre 1907 y 1910.
42
Es a principios de siglo cuando se empiezan a formar las primeras empresas de teatro
guiñol. En 1929 surge Periquito con su creador Bernardo Ortiz de Montellano quien
también escribe obras basadas en leyendas populares, como: El sombrerón y la cabeza de
Salomé, Viva la revolución y Escenas de jaripeo.
Germán List escribió, adaptó e impulso notablemente el teatro infantil desde la
dirección a su cargo del Laboratorio teatral del Departamento de Bellas Artes; entre algunas
obras de su autoría encontramos La gallina de los huevos de oro, Comino vence al diablo,
El gigante y Comino va la huelga (1936).
Es esta etapa entre los 30 y 40, considerada como la época de oro de la promoción
cultural y educativa en México sobresale el teatro infantil ya que tiene un gran impulso en
los que participan Bellas Artes, la SEP y los grupos de teatro como el Guiñol, Rin Rín,
Periquito entre otros.
En 1942 se impulsó el teatro escolar, que fue una clave para su promoción y difusión
hasta los años sesenta bajo la dirección de la española Magda Donato con colaboración de
Salvador Bartolozzi.
En esta misma etapa Graciela Amador da origen al Teatro Periquito y adapta y escribe
algunas obras como: La murga, Periquillo es buen obrero y Firuleque el goloso.
En los setenta Emilio Carballido, considerado como un gran maestro en cuestiones de
teatro escribe algunas obras infantiles como Guillermo y el nahual, La lente maravillosa,
Sucedido de ranas y sapos y Lámparas del cielo y de la tierra.
Ya en 1988 Tomás Espinosa realiza Galería de teatro para niños, donde participan
autores representativos del género hasta el momento.
En cuanto a las publicaciones periódicas, tenemos que en este siglo aumenta
notoriamente la publicación de revistas, periódicos y suplementos en las que aún sigue
vigente aunque en menor medida el enfoque educativo.
Entre algunas publicaciones podemos encontrar a principios de siglo el periódico
Pinocho (1925), y Aladino y Pulgarcito (1925-1928; 1931). En los treinta encontramos El
Heraldito Infantil por Martín Galas; Azucarillo de Luciano Kubli; El niño de Hernán
Rosales entre algunos.
Destaca también la revista El Chapulín (1942-1945), publicada por la SEP. Durante
este periodo y principios de los cincuenta aparece la revista Semillita, dirigida por Luz
43
María Serradell. Esta revista tenía como objetivo principal apoyar a los docentes dentro sus
actividades escolares con contenidos de poemas, canciones, adivinanzas, cuentos, leyendas,
etcétera.
Cuatitos, editada por la Biblioteca Benjamín Franklin aparece en 1955 y se extiende
hasta 1960. El Amigo de los niños se publica de 1965 a 1967. Mi Periodiquito, del diario
Novedades aparece de 1974 hasta 1983, cuando se descontinúa para reaparecer nuevamente
en 1997. A partir de aquí distintos diarios inician sus publicaciones para niños.
En la última etapa del siglo surge un fenómeno que causará cambios importantes en la
literatura infantil. Se trata de la Primera Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil
(FILIJ), que se llevó a cabo por primera vez en el año de 1981. A partir de ahí y hasta
nuestros días las tendencias de la literatura infantil comienzan a cambiar notoriamente,
dejando atrás las corrientes didácticas para dar paso en un principio al relato popular que se
nutre de las historias del pueblo y posteriormente al relato moderno que se enfoca más a la
realidad y a los verdaderos intereses infantiles; asimismo la edición de libros aumenta
considerablemente y el sector infantil se ve favorecido por el aumento cada vez más amplio
de escritores dedicados específicamente a este rubro.
Por otro lado el apoyo de otras instituciones favorece a la creación de nuevas obras
literarias a través de concursos como por ejemplo el de Literatura infantil Juan de la Cabada
por el INBA, Cuentos para niños por FIJIL, Antoniorrobles por IBBY México, El Barco de
vapor por ediciones SM y CNCA, entre algunos; asimismo se ha creado una conciencia
sobre la importancia del fomento a la lectura, por lo que las instituciones también han
contribuido a esto a través de concursos, talleres, seminarios, etcétera, creados para
fortalecer los vínculos entre el niño y la lectura.
Géneros literarios
La literatura infantil se divide en cuatro géneros literarios: lírico, narrativo, didáctico y
dramático; a su vez éstos se dividen en subgéneros, dando como resultado la siguiente
clasificación que a continuación se menciona, según lo expuesto por Venegas (1993, p. 86)
y Gutiérrez (2007, p. 60) en sus respectivos trabajos.
44
Género lírico. “Llamado también género poético, es aquel que logra la expresión
artística por medio de la palabra rítmica y musical” (Venegas, 1993, p.87). Se le caracteriza
por manifestar la expresividad de los sentimientos.
Este género tiene dos subdivisiones que son la poesía y las canciones; a su vez la
poesía tiene las siguientes manifestaciones: rimas infantiles, trabalenguas, retahílas, poemas.
Rimas. “Son pequeñas creaciones cuya finalidad fundamental es lograr un sonoro juego
de palabras atractivo para el niño. Son esencialmente pura sonoridad, pura música, puro
juego:
Aserrín aserrán
los maderos de San Juan
piden queso piden pan.
Los de roque alfandoque
los de rique alfañique
los de trique trique trán” (Venegas, 1993, p. 87)
Trabalenguas. “Creaciones poéticas, mediante un juego sonoro y difícil de palabras.
Basta que sea agradable musicalmente al oído y que tenga una dificultad vocal que logre
trabar la lengua de quien lo pronuncia, sin que tenga obligadamente un mensaje.” (Venegas,
1993, p. 88).
Retahílas. “Son composiciones en las que prevalece una repetición constante de algún
sonido, ligado con otras que pueden o no cambiar; pueden o no tener un sentido lógico”. Si
se entona adecuadamente suele adquirir un ritmo agradable:
Cucú, cantaba la rana
cucú , debajo del agua
cucú, pasó un caballero
cucú de capa y sombrero
cucú , pasó una señora
cucú , con falda de cola
cucú , pasó una criada
cucú, llevando ensalada
45
cucú, pasó un marinero
cucú, vendiendo romero
cucú , le pidió un ramito
cucú, no le quiso dar
cucú, se echó a revolar” (Venegas, 1993, p. 88).
Poemas. La poesía es la manera de expresar los sentimientos del ser humano. “Puede
definirse como una manifestación lúdica donde el niño encuentra su propio lenguaje” (Amo,
2003, p. 126). La diferencia entre los poemas dirigidos a adultos y los dirigidos a los niños,
es que estos últimos deben manejar un lenguaje y una estructura más sencilla, esto con la
finalidad de facilitar su comprensión.
La siguiente subdivisión del género Lírico son las canciones, que son composiciones
acompañadas con música y que principalmente son cantadas; las canciones se manifiestan
en: villancicos, rondas, coplas y de cuna.
Villancicos. Son canciones que hacen referencia a la religión y que son entonadas
principalmente en la época de Navidad, ya que recuerdan el nacimiento del niño Dios:
Vamos, pastores,
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al niño también,
que ha nacido el Niño
para nuestro bien” (Mendoza, 1995, p. 63).
Rondas. “Canciones dedicadas a acompañar un juego o compuestas específicamente
como juegos infantiles” (Venegas, 1993, p. 90). Las estrofas de las rondas se componen
principalmente de rimas:
Que llueva, que llueva,
la Virgen de la Cueva,
los pajaritos cantan,
[la nube] la luna se levanta;
que sí, que no,
que caiga un chaparrón;
46
que sí, que no,
le canta el labrador (Mendoza, 1995, p. 115).
Coplas. “Composiciones que narran generalmente algún acontecimiento de
conocimiento público” (Venegas, 1993, p. 90). En algunas ocasiones van acompañadas por
un estribillo, el cual es repetido después de cada copla.
Ahí vienen los monos
de Cualichandé
y el mono más grande
se parece a usted.
Baila la costilla,
Baila el costillar;
Con cuidado, chata,
no se vaya a caer.
Ya vienen los monos,
vienen de Tepic
y el mono más grande
se parece a ti.
Baila la costilla
baila el costillar;
con cuidado, chata,
no se vaya a caer (Mendoza, 1995, p. 73).
Canciones de cuna. Estas canciones van dirigidas especialmente a los padres o
aquellas personas que tienen la finalidad de arrullar a los infantes que desean conciliar el
sueño:
Duérmete, niña bonita,
duérmete, chiquita,
duérmete, que ahí viene el viejo
y te arrancará el pellejo
y te pondrá otro más viejo (Mendoza, 1995, p. 37).
47
Género narrativo. “Es la forma literaria que desarrolla la acción de relatar cualquier
suceso o sentimiento mediante la utilización de la palabra en prosa” (Venegas, 1993, p. 91).
El género narrativo tiene las siguientes subdivisiones: cuento popular o tradicional, mitos,
leyendas, cuento literario y novela.
Cuento popular o tradicional. Se basa principalmente en la tradición y folklore de un
pueblo, por medio de él se puede saber de sus costumbres y formas de vida a través de las
épocas. “Generalmente tienen una estructura sencilla. Sus personajes son prototipos
conocidos por los niños tales como el rey, la princesa, el ogro, la bruja, etcétera, tienen
regularmente una trama y un final claro y definitivo” (Venegas, 1993, p. 91).
Mitos. “Es una forma literaria donde el hecho narrado sucede en un mundo anterior al
presente, tiene siempre una significación religiosa” (Amo, 2003, p. 116). Uno de los
principales objetivos del mito es dar explicaciones filosóficas y religiosas sobre algún
acontecimiento o personaje.
Leyendas. “Su origen se remonta a sucesos reales de carácter histórico o social. Su fin
es instruir sobre algunos valores destacados del héroe o formar y advertir sobre acciones y
comportamientos que deben ser ejemplos de vida” (Venegas, 1993, p. 92). Quien retoma la
leyenda le incorpora elementos de fantasía e imaginación, que hacen la obra más completa
pero que en realidad no ocurrieron.
Cuento literario. “Es creación de un autor determinado, se sitúa en tiempos y espacios
generalmente definidos; sus personajes pueden ser reales o imaginarios; son parecidos a los
de la vida real, más cercanos al lector en sus actitudes, pensamientos y comportamientos”.
(Venegas, 1993, p. 92)
Novela. La extensión de la novela es más amplia que la de un cuento “usualmente la
acción de la novela transcurre en épocas precisas, permite que se cuenten diversos tipos de
historias que sin embargo deben tener relación o interdependencia” (Venegas, 1993, p.93)
Género dramático: Se denomina género dramático a toda composición dialogada,
escrita en prosa o en verso, que tiene como finalidad ser representada por actores, en un
teatro; la característica que lo hace especial para niños, está en la movilidad escénica de los
personajes y en el diálogo atractivo, dinámico y entretenido que debe tener (Venegas, 1993
p. 94).
48
Algunas modalidades de este género son: teatro, teatro de títeres, teatro de marionetas,
teatro de sombras.
Teatro. Suele representarse en vivo en un escenario y requiere de una composición
literaria y de actores.
Teatro de títeres. Tiene la característica de que en el escenario no aparecen personas,
sino muñecos movidos por personas reales, mediante la manipulación de hilos a distancia.
Los muñecos emiten igualmente sonidos que vienen de los titiriteros.
Teatro de marionetas: El teatro de marionetas lo hacen a través de muñecos que
accionan directamente con las manos introducidos en el cuerpo hueco del muñeco; la voz
del muñeco de tipo marioneta sale de la garganta del marionetero que está colocado debajo
del escenario observado por el niño.
Teatro de sombras. Se basa en la proyección de figuras creada a cierta distancia, y que
llegan gracias a efectos de luz y sombras al lugar destinado para ello, generalmente una
pared o un telón (Venegas, 1993, pp. 94 -95).
Género Didáctico. Este género se utiliza para transmitir todo tipo de enseñanza
mediante distintas manifestaciones como la fábula, la adivinanza y los refranes.
Fábula. Utilizada especialmente para educar, es una composición en prosa o verso,
que pretende darle a lector una enseñanza de tipo moral mediante el recurso de poner a
hablar o a actuar a los animales como si fueran seres humanos.
Adivinanza: Composiciones alegres y muy divertidas, por lo regular en verso, que
proponen al niño la solución de un acertijo o el descubrimiento de un truco, mediante las
claves que da la estrofa.
Refranes. Composiciones literarias que buscan dar alguna enseñanza o consejo vital.
(Venegas 1993, pp. 95-97). Se incorporan en él cierto ritmo y suele contener frases en verso.
49
6 Características de los libros infantiles
Uno de los aspectos importantes que determinan que un niño sea un buen lector es
proporcionarle libros adecuados a sus intereses. Son distintas las asociaciones y personas
interesadas en este aspecto, por lo que podemos encontrar diversos parámetros para
seleccionar los libros infantiles.
A continuación se mencionan con base en el Banco del Libro de Venezuela (1997,
2001, 2001a) y en Lopera (1997), las características consideradas importantes a tomar en
cuenta en la selección de libros infantiles.
Básicamente se dividen en dos grupos que se refieren a:
1 La calidad literaria, que se dirige a aspectos relacionados con el desarrollo de los
géneros literarios, el lenguaje y vocabulario empleado correctamente.
Dentro de la calidad literaria, cada obra tiene que estar escrita de acuerdo con el
género al que pertenezca; es decir una novela tendrá que estar compuesta con los elementos
propios de la narrativa, y lo mismo pasa con el teatro, la poesía, etcétera, de acuerdo con
sus características.
Algo en lo que tienen que coincidir estas obras, es en que tienen que estar bien escritas,
manejando un lenguaje propio y adecuado hacia el público al que va dirigido. Se precisa
entonces un “uso correcto de las formas verbales, precisión en las relaciones sintácticas, es
decir la construcción de las frases, las oraciones y los párrafos, el manejo adecuado de los
adjetivos y formas adverbiales, el uso adecuado de las preposiciones, conexiones; la
precisión en la puntuación y la ortografía” (Lopera, 1997, p. 33). Todos estos elementos
deben conjugarse para despertar el interés en los niños.
En cuanto al vocabulario se recomienda usar palabras llenas de transparencia que
atraigan la sensibilidad del lector.
En el uso de los localismos, que son palabras propias de una comunidad y sus
hablantes, se recomienda ser estudiadas y entendidas con anterioridad por quienes van a
compartir o impulsar el gusto por la lectura con los pequeños, ya sea padres, profesores o
bibliotecarios; esto con el fin de explicar adecuadamente el significado de estas palabras y
evitar confusiones y dificultad en la comprensión del texto; o en su defecto se recomienda
50
que los libros contengan un vocabulario o glosario que refiera al significado de estas
palabras. No se deben excluir del texto, ya que proporcionarán al niño un aumento de su
vocabulario, así como extender su conocimiento sobre otras comunidades.
En cuanto a las traducciones, es importante que conserven los elementos propios y la
calidad literaria de la obra y el autor original “es importante adquirir libros de editoriales
responsables frente a esta labor. Se deben preferir obras que traduzcan directamente del
original” (Lopera, 1997, p. 39).
Las adaptaciones son obras con el estilo propio de un autor determinado basadas en
una obra original: “se deben escoger aquellas realizadas con criterios literarios y evitar las
realizadas únicamente con criterios comerciales” (Lopera, 1997, p. 39).
Otro elemento más a considerar dentro de la calidad literaria es el que se da en torno a
los temas que estos libros deben o no tratar; se recomienda no escoger libros que traten
temas como “subestimación, prejuicio o rechazo hacia otras culturas, grupos sociales,
religiosos o raciales” (Lopera, 1997, p. 41).
2 La calidad gráfica y editorial que engloba aspectos como las ilustraciones, el formato,
encuadernación, papel, tipografía, entre los más importantes.
Ilustraciones. Las ilustraciones juegan un papel cada vez más importantes en los libros
para niños; a través de las ilustraciones existe la posibilidad de “educar el gusto artístico,
transmitir sentimientos, atmósferas, tonos y situaciones” (Banco del libro, 2001, p.11).
Podemos encontrar ilustraciones de tipo realista, fotográficas, imaginativas o
abstractas, a color o blanco y negro, cualquiera que sean éstas es importante que se
mantenga una relación estrecha y adecuada con el texto.
Se recomienda también que las ilustraciones no mantengan un estereotipo fijo, esto
para ampliar la diversidad de personajes que puede haber en una historia utilizando las
imágenes de diversas razas y culturas.
En general, las ilustraciones en los libros para niños deben ser atractivas, con colores y
formas bellas y adecuadas, que atraigan su vista, sus gustos y sus intereses.
Formato. No existe un formato ideal o fijo para un libro; actualmente existen distintos
tipos, muchas veces en función del contenido o de las ilustraciones que contenga. Entre
algunos podemos mencionar: vertical, apaisado, cuadrado, minilibro, de bolsillo, troquelado.
51
Encuadernación. Es recomendable que la encuadernación sea propia; debe cuidar
aspectos como la presentación ideal para la vista del pequeño que motive e incite a leerlo.
El fácil manejo y su duración dependiendo el trato que se le vaya a dar, ya que muchos
libros son expuestos a varios factores como agua, tierra, mordeduras, entre otros, sobre todo
los que van dirigidos a los más pequeños. El tipo de encuadernación debe presentar
durabilidad ante estos factores. Podemos mencionar algunos tipos como la rústica cocida o
pegada, tapa dura, cartón, cartoné, plastificadas que suelen ser las más comunes en los
libros para niños. Por otra parte, la encuadernación rústica suele ser un poco más accesible
ya que su precio es más bajo.
Papel. Se recomienda que el papel sea adecuado, evitando que este se transparente,
brille mucho o tenga un tono que dificulte la identificación de las letras.
Tipografía. Es necesario utilizar una tipografía adecuada para proporcionar al niño una
lectura legible y agradable, el tamaño de ésta será de acuerdo con el diseño del libro, esto
con el fin de no traspasar el límite provocando que la letra sea muy grande o muy pequeña;
asimismo se recomienda que el interlineado se adecue a los mismos términos.
La Asociación Mexicana para el libro Infantil y Juvenil, IBBY (Orozco, 2006, p. 48)
proporciona algunos lineamientos a tomar en cuenta con respecto a la tipografía de los
libros para niños.
• “Tamaño de la letra, del cual recomienda no pensar que la letra grande es siempre
buena para los que comienzan a leer, hay que apreciarla dentro de la página antes
de decidir.
• Largo del renglón: No deben ser muy largos, ya que esto causa dificultad al niño
en la lectura, debido al que al leer el final de un renglón desaparece de su campo
visual el principio del otro y frecuentemente se lo salta o vuelve a leer el mismo
renglón”.
De acuerdo con lo anterior se puede observar que existe una gran diversidad en cuanto
a libros infantiles, ya sea en el contenido tomando en cuenta los géneros literarios, al igual
que en sus características físicas.
52
Es importante mencionar algunos otros libros que aunque no se clasifican exactamente
dentro de un género literario y en ocasiones recaen en alguna característica de las antes
mencionadas, y otras veces se clasifican más por su función, son importantes por sus
cualidades para iniciar en el fomento a la lectura a los niños, asimismo estas cualidades en
ocasiones son mencionadas propias a considerar por los especialistas para la selección de
libros infantiles.
Entre tales libros se encuentran:
• Libros álbum. “En ellos se combinan imágenes y palabras en igual jerarquía. Tanto
la ilustración como el texto tienen una función narrativa, por lo cual para obtener el
sentido completo no es posible leerlas independientemente” (Banco del Libro,
2001, p. 17).
• Libro de imágenes. “Son libros sin texto o casi sin texto que sólo contienen
ilustraciones” (Banco del Libro, 2001, p. 17).
Para los niños considerados en este trabajo que son de 3 a 6 años se consideran
adecuadas las siguientes características de acuerdo con el Banco del libro de Venezuela
(1997, pp. 8-11) y las propuestas por Cerrillo basado en Piaget que se menciona en el
primer apartado de este trabajo.
• Contenido literario
o Temas: hechos cotidianos, familiares que rodean al niño: naturaleza, escuela,
hogar.
o Cuentos de hadas y tradicionales de su cultura y otras culturas.
o Poemas, retahílas, rimas.
o Fabularios.
o Libros de información científica y humanística con textos muy breves.
o Historias de capítulos cortos para ser leídas en voz alta.
• Características físicas
53
o Muchas ilustraciones de preferencia a color, gran formato, letra grande y
texto breve.
o También se recomiendan los libros troquelados que ofrezcan interacción e
información significativa.
o Se recomiendan los libros-álbum con ilustraciones expresivas que extiendan
el significado del texto.
o Libros de imágenes que inviten a los niños a crear sus propias historias.
Las anteriores características que se mencionan para seleccionar libros y la siguiente
guía que se presenta se tomarán sólo como alternativa y sugerencia, ya que se considera que
los niños aun siendo de la misma edad presentan múltiples diferencias en sus gustos,
intereses preferencias, etcétera, lo que hará de cada niño una persona diferente imposible de
regirse por términos establecidos. Asimismo, se toma en cuenta la gran diversidad que el
mercado editorial ofrece, por lo que hay que guiar adecuadamente al pequeño en un mundo
tan amplio como es el de los libros.
54
7 Guía de libros infantiles de acuerdo con la edad
Se tomaron en cuenta cuatro editoriales, las cuales consideran dentro sus colecciones
algunas dirigidas al público infantil; la selección de libros se realizó de la siguiente manera:
Cuatro libros de cada editorial excepto la última, de la cual se escogieron tres para dar
un total de quince títulos. Posteriormente se da una pequeña descripción bibliográfica de la
obra así como del contenido y características físicas de la misma.
Las editoriales:
• Editorial Norma. Editorial mexicana que en su categoría de literatura infantil y
juvenil encontramos siete rubros: primeros lectores, a partir de los 7 años, a partir de
los 9 años, a partir de los 11 años, adolescentes, libros didácticos, libros para bebés.
El que más se acomoda a nuestros intereses para este trabajo, es el rubro de
primeros lectores. Asimismo, dentro de este rubro encontramos distintas
colecciones: Buenas noches, Franklin, Torre de papel naranja, Cuentos y fábulas,
Libros cartonados, Primeras lecturas.
• Fondo de Cultura Económica. Editorial mexicana que se caracteriza por su
diversidad de colecciones; entre las infantiles encontramos: a la orilla del viento,
Especiales a la orilla del viento, Poesía en voz alta, de las cuales se hizo la selección.
• Ediciones SM. Es una editorial que se caracteriza por la calidad estética de las
publicaciones y sus ilustraciones; hace una división de sus colecciones por nivel
educativo: preescolar, primaria, secundaria. El que más se asemeja a nuestros
intereses es el nivel preescolar, en su sección de literatura, que a su vez se divide en
seis colecciones de las cuales se hizo la selección: Duritos, Vehículos, Mira otra vez,
Gira luna, Los piratas del barco de vapor, El barco de vapor. Serie blanca; todas
estas con características especiales y con un mismo objetivo, satisfacer las
necesidades de recreación e información de los pequeños y proporcionarles una
lectura agradable y recreativa.
55
• Conafe. El Consejo Nacional para el Fomento Educativo es un organismo que tiene
como objetivo implementar todos los recursos necesarios para mejorar el desarrollo
de la educación en el país, así como la difusión de la cultura. Para hacer esto se vale
de distintos instrumentos, entre ellos los libros. Conafe cuenta con distintas
colecciones entre las que se encuentran algunas dirigidas al público infantil:
Imaginaria, Cuentos didácticos, Mira un cuento, Para empezar a leer, Pocas letras,
Tierra de tesoros, por mencionar algunas; todas ellas dirigidas al fomento a la
lectura de los pequeños, y algunas otras con el fin de dar a conocer la gran
diversidad de las culturas en México y de las cuales hicimos nuestra selección.
A continuación se mencionan los títulos propuestos:
1 Machado, Ana María. Ah, pajarita si yo pudiera. Ilustrador, Ivar da Coll. Bogotá:
Grupo Editorial Norma, 1998. 27 p. (Colección Torre de papel naranja).
La protagonista de esta historia es una pajarita que en su labor de proteger el árbol
donde va a ser construido su nido, acude a una y otra persona para salvarlo, hasta llegar al
emperador que es dueño de más tierras que otros habitantes aledaños. Con su actitud un
poca grosera el emperador informa a la pajarita que no accederá a su petición y que la
encerrará en una jaula de ser necesario. La pajarita en su desesperación le dice al emperador
que no podrá ni siquiera capturarla y que acudirá al mundo entero para que la ayude a evitar
la destrucción de su casa. El emperador temeroso de eso y a causa del miedo que le produce,
decide salvar el árbol.
Formato vertical, encuadernación rústica, presenta ilustraciones en atractivos colores.
2 Rogers, Tracey y Rogers, Andrew. La selva loca. Bogotá: Editorial Norma, 2006. 30
p. (Colección Buenas noches).
Un día normal como cualquier otro se volvió un día de locura, confusión y diversión
para los animalitos de la selva. Todo empezó cuando mono lavó y planchó los trajes de sus
compañeros, pero sucede que al entregárselos se confundió y todos quedaron con un traje
que no les correspondía. Al acudir a mono para que les explicará el enredo y les devolviera
a cada uno su vestimenta correspondiente, todos comenzaron a reírse por lo sucedido, ya
56
que su aspecto era muy gracioso, y desde ese día todos visten como les corresponde y cada
uno lava su traje.
Presenta ilustraciones a todo color, formato vertical, encuadernación rústica.
3 Piumini, Roberto. El doctor Me Di Cin. Ilustrador, Piet Grobler. Bogotá: Grupo
Editorial Norma, 2006. 28 p. (Colección Buenas noches).
Alguna vez en China había un príncipe que estaba muy enfermo y nadie sabía lo
extraño de su enfermedad, hasta que un día lo revisó el doctor Me Di Cin. En un principio
éste le recetó salir a dar la vuelta al campo, pero el príncipe se rehusaba constantemente
diciendo que no podía y que tenía cosas que hacer, que lo curará con hierbas medicinales.
El doctor salió varias veces en busca de las hierbas, pero siempre regresaba sin éxito de
encontrarlas, en cambio le ofrecía al príncipe historias increíbles de sus expediciones por lo
que él curioso por conocerlas se animó a salir y quedó impactado por todo lo que pudo
conocer, así como lograr su recuperación.
Con este libro el niño podrá conocer parte de las tradiciones chinas a través de
ilustraciones a todo color; se presenta en formato vertical grande y con encuadernación
rústica.
4 Grobler, Piet. ¡Sólo un sorbo! Bogotá: Grupo Editorial Norma, 2006. 32 p.
(Colección Buenas noches).
En un día muy caluroso la ranita decide tomarse toda el agua del mundo. Incrédulos
los demás animalitos no le creen, se burlan y la ignoran por completo. La ranita empieza a
beber agua hasta no dejar una sola gota; los animalitos, desesperados al ver tremenda
catástrofe deciden convencer a la ranita de devolver el agua, ya que es de vital importancia
para que todos puedan vivir. Después de muchos intentos sólo las anguilas logran encontrar
un método para que esto suceda. Es así como a partir de ese momento cuando la ranita
quiere beber agua, todos los animalitos de la pradera le advierten que beba ¡solo un sorbo!
Se presenta en formato vertical grande, encuadernación rústica, ilustraciones a color.
57
5 Browne, Anthony. El juego de las formas. México: Fondo de Cultura Económica,
2004. 32 p. (Colección Especiales A la orilla del viento).
De acuerdo a sus reacciones del encuentro con varias pinturas en un museo el autor
crea una historia con la que pretende enseñar a los niños el juego de las formas, donde cada
niño inventa una forma y otro la concluye, creando así varias historias con las cuales
aprenderán y disfrutarán.
El libro se presenta en formato cuadrado grande, encuadernación en cartón y bellas
ilustraciones de diversos colores.
6 Shaw, Elizabeth. La ovejita negra. México: Fondo de Cultura Económica, 1995. 52
p. (Colección A la orilla del viento).
La obra trata de un rebaño que se conforma por varias ovejitas blancas y sólo una
negra. Polo que es el perro guardián de éstas se queja constantemente de ella, ya que es un
poco distraída y siempre está pensando en que quiere ser blanca. Eso le molesta mucho al
perro ya que ocasiona un desastre al recibir las instrucciones y alborota a todo el rebaño. En
una tarde de lluvia, mientras el pastor y Polo se cubren, el rebaño se queda solo y al no
hallar que hacer, a la ovejita negra se le ocurre la idea de ir a un lugar donde se protegerán
de la lluvia. Al siguiente día siguiente, el pastor al no encontrar a su rebaño ya que todo
estaba cubierto de nieve y era imposible encontrar una oveja entre tanta blancura, se
angustia mucho. Asimismo, Polo se desconcierta porque pensaba que las ovejitas no
pensaban y no harían nada sin él, que era su guía. De repente, a lo lejos se ve una mancha
negra, será la ovejita pensó el pastor, corre a su encuentro y se pone muy contento al
descubrir que sí era la ovejita negra y con ella todo su rebaño. Después de eso el pastor
decide comprar más ovejitas negras y combinadas para que a partir de ahí todas fueran
diferentes.
Historia contada a manera de fábula la cual deja un mensaje bonito a los niños.
Presenta varias ilustraciones; aunque estas se presentan en blanco y negro son muy
significativas y están muy acordes con el texto. El formato es vertical y la encuadernación
se presenta en rústica.
58
7 Ramos, María Cristina. Barcos en la lluvia. Ilustrador, Claudia Legnazzi. México:
Fondo de Cultura Económica, 2007. 64 p. (Colección Los primerísimos).
Lucía y Teresa deciden jugar en una tarde de lluvia bajo el techo de su hogar,
construyendo palabras en una hoja de papel y construyendo un barco que les llevará
conocer mundos imaginarios que les hará soñar; mientras pasa la lluvia así se mantendrán.
A través de rimas la autora presenta a los niños una historia en la cual dejarán volar su
imaginación a través de magníficas ilustraciones que este libro presenta.
El libro se presenta en encuadernación rústica y formato vertical.
8 Yáñez Ricardo. Un pajarillo canta. Ilustrador, Carlos Pellicer López. México: Fondo
de Cultura Económica. 44 p. (Colección Poesía para mirar en voz alta).
A través de la poesía, el autor pretende transmitir a los pequeños parte de sus
sentimientos y a la vez acercarlos a la expresión poética, compartiendo la palabra con la
imagen.
A doble página se presenta este libro en formato vertical grande, encuadernación en
cartón, ilustraciones a todo color.
9 Luján, Jorge. ¡Oh, los colores! Ilustrador Piet Grobler. México: Ediciones SM, 2006.
32 p. (Colección Giraluna).
El autor presenta pequeñas frases poéticas donde a través de rimas el niño podrá
conocer los colores. Éstas se acompañan de hermosas ilustraciones que representan el color
al que se hace referencia.
En encuadernación cartoné, formato apaisado y atractivas ilustraciones.
10 Bronn, Theresa. ¡No! Ilustrador, Susie Morgenstern. México: Ediciones SM, 2003.
28 p. (Colección Giraluna).
El pequeño Lino está comenzando a hablar y la única palabra que conoce es ¡No!
Conforme pasa el tiempo y empieza a conocer cosas aprende a decir otras palabras, como
cuando el panadero le ofrece un trozo de pan y en vez de decir ¡No! dice ¡Más!
59
Este es un Libro-Albúm que presenta una historia de la vida cotidiana entrelazada
entre el texto y las ilustraciones, las cuales son muy atractivas; se presenta en formato
cuadrado y en encuadernación cartoné.
11 Lauprete, Anne. Contigo. México: Ediciones SM, 2006. 36 p. (Colección SM
saber).
En este libro el autor presenta a través de hermosas fotografías cómo se comportan los
niños y sus mascotas de distintas culturas en el mundo.
Se presenta en un formato cuadrado, con imágenes fotográficas en atractivos colores,
en encuadernación de cartón.
12 Goldman, Judy. Los huesos sagrados: una leyenda azteca. Ilustrador, Fabricio
Vanden Broeck. México: Ediciones SM, 2003. 64 p. (Colección Barco de vapor. Serie
blanca).
En este libro Judy Goldman nos cuenta, de acuerdo con la leyenda azteca, la creación
del mundo y de los seres humanos.
El libro se presenta en encuadernación rústica, formato vertical y con coloridas
ilustraciones que le darán vida a esta hermosa leyenda.
13 Aguirre Beltrán Rosalía. El duende de la selva. Ilustradora, Claudia Navarro López,
México: Conafe, 2001. 48 p. (Colección Tierra de tesoros).
En un pueblo llamado La Perla, ubicado en Chiapas, vivían Pablo, Julia y Beto, los
primeros hermanos y Beto, su mejor amigo; juntos en su espíritu aventurero deciden un día
a escondidas de sus padres ir a pescar en el cayuco, que es una canoa, por el río Tulija.
Inexpertos en el uso del cayuco, inmersos en los sonidos de la selva, bajo el flujo de
una gran tormenta y temerosos por encontrar al sombrerón que era un duende del cual se
oía en el pueblo y del que le había platicado su abuela a Beto, sufren varias peripecias; al
final todos regresan sanos y salvos a sus casas y agradecen ellos y sus padres a Don
Esteban quien fue quien los ayudó a sobrevivir.
Fomato vertical, encuadernación rústica e ilustraciones a todo color.
60
14 Magaña Europa, Érika. El viaje. México: Conafe, 1997. 32 p. (Colección Mira un
cuento).
Es un libro de imágenes, donde a pesar de que no contiene texto, cada niño podrá crear
su propia historia de acuerdo con su imaginación y de acuerdo con lo que ve.
Se presenta en encuadernación rústica, formato apaisado y bonitas ilustraciones a color
15 Fonseca, Rodolfo. El diluvio. Ilustradora, Cecilia Cota. México: Conafe, 1994. 19 p.
(Colección Pocas letras).
A través de pequeñas rimas, el autor presenta la historia de una lluvia donde un niño se
encontró una tortuga y luego una medusa... los niños podrán disfrutar de este juego de
palabras acompañado de imágenes apropiadas al texto y a todo color.
Encuadernación rústica, formato cuadrado, imágenes a color.
61
Conclusiones
A lo largo de este trabajo podemos reconocer distintos factores involucrados con la lectura.
En primer lugar, estamos conscientes de que la lectura es una actividad completa que
permite múltiples beneficios; entre otras cosas, nos permite conocernos a nosotros mismos,
conocer a los demás y entender el mundo que nos rodea; asimismo posibilita el
conocimiento que permite tener una actitud crítica y activa ante un mundo cada vez más
complejo.
Asimilamos también que entre más temprana sea la edad en que el niño se involucre
con el libro, mayores beneficios tendrá, ya que se considera que la infancia es la etapa ideal
con mayor auge en el potencial del niño y que si la lectura debe permanecer como un hábito,
también es la etapa ideal para fortalecerlo.
Sin embargo también es necesario hacer conciencia sobre la situación en nuestro país,
desafortunadamente son muchas los factores que desfavorecen los vínculos entre la lectura
y los niños, por un lado tenemos el ritmo de vida de muchos padres y el escaso tiempo o
poca disposición que tienen para pasar con sus pequeños. Por otro lado, las escasas
condiciones económicas de muchas familias, impiden el acceso a la lectura. Asimismo,
tenemos la tendencia durante mucho tiempo de la escuela de ver y transmitir la lectura con
obligación y no con placer.
Con respecto a lo anterior es posible que la lectura se vea desfavorecida, sin embargo
existe la posibilidad, los recursos y las personas necesarias para fortalecer y tomar medidas
adecuadas para mejorar esta situación.
Padres y profesores pueden aportar mucho para fortalecer este vínculo, en primer lugar
tienen que hacer conciencia de la parte que les corresponde a cada uno llevar a cabo en el
fomento a la lectura. Asimismo deben unir esfuerzos encaminados para acercar la lectura a
los pequeños, esto por supuesto debe generarse siempre con gusto y no por obligación, ya
que para que el niño se vuelva lector tiene que ser capaz de gozar la lectura, debe entender
y sentir lo que lee.
Si padres y profesores acercan a los pequeños a la lectura y les leen de una manera
afectiva, ésta podrá convertirse en una actividad que valoren positivamente.
62
Por otro lado tenemos la labor de la biblioteca y el bibliotecario; entre los objetivos de
la biblioteca sea escolar o pública se encuentra el de favorecer el fomento a la lectura, ya
que esta institución cuenta con los recursos necesarios y el personal adecuado para hacerlo.
El profesional bibliotecario tiene una gran responsabilidad en esta fase; a través de él,
el niño debe encontrar un apoyo de orientación para realizar sus lecturas, por lo tanto el
bibliotecario debe estar comprometido con su labor, debe implementar estrategias dirigidas
al fomento y ser un lector asiduo para poder transmitir y fomentar la lectura de una forma
responsable.
Otro elemento importante para crear el hábito lector en los niños es proporcionarles los
libros adecuados a su edad, esto por supuesto con el fin de orientarlos en un mundo tan
grande como el de los libros, y no de imponer parámetros establecidos, tomando en cuenta
para esto las diferencias, gustos, preferencias, que existe en cada niño aún siendo de la
misma edad, lo que hace a cada uno diferente.
Por su parte los libros infantiles son un buen instrumento para esto. A través de la
literatura infantil el niño tiene la oportunidad de acercarse a un mundo maravillo, en el cual
puede dejar volar su imaginación y crear su propio mundo. En un recorrido por su
evolución podemos ver que la literatura infantil por mucho tiempo estuvo enfocada en
exceso a términos educativos y morales; en la actualidad existe una gran diversidad de
contenidos utilizando los distintos géneros literarios, proporcionando a los niños más
elementos para hacer de la lectura un placer. Asimismo, los libros cuentan con
características físicas que con elementos como la ilustración, el formato, etcétera, permiten
llamar la atención del niño y de acercarlo de una u otra forma a los libros. Quizá en un
primer momento el niño no vea al libro como un ente de conocimiento, pero si lo verá
como un objeto atractivo, agradable y tal vez hasta como un juego, y este será el primer
paso para llamar su atención y crear en él el gusto por los libros y posteriormente por la
lectura.
Aunque este trabajo se refiere en mayor medida a los libros infantiles como
herramienta para el fomento a la lectura, debemos estar conscientes de que todos los
factores involucrados tienen el mismo peso, la tarea consiste en realizar cada uno la
actividad que le corresponde, con un único fin que es crear el gusto por la lectura en los
niños.
63
Referencias
Amo Sánchez-Fortún, J. M. de. (2003). Literatura infantil: claves para la formación de la competencia literaria. Málaga: Aljibe.
Argüelles, J. D. (2003). ¿Que leen los que no leen?: el poder inmaterial de la literatura, la tradición literaria y el hábito de leer. México: Paidós. Banco del Libro. (2001). ¿Cómo elegir un buen libro para niños?: algunas recomendaciones útiles. Caracas, Venezuela: Banco del Libro. Banco del Libro. (2001a). Muchos libros para niños: una guía para reconocerlos y nombrarlos. Caracas, Venezuela: Banco del Libro. Banco del Libro. (1997). ¿Qué libro para que edad?: cómo escoger el libro adecuado. Caracas, Venezuela: Banco del Libro.
Castronovo de Sentís, A. (2004). Promoción de la lectura: desde la librería hacia nuevos lectores. Buenos Aires: Colihue.
Cerrillo, P. y García, J. (Coords.) (1996). Hábitos lectores y animación a la lectura. Cuenca: Universidad de Castilla-La Mancha.
Cervera, M. (1984). Asesoramiento familiar de educación infantil: guía práctica. Madrid: Visor.
Colomer, T. (1999). Introducción a la literatura infantil y juvenil. Madrid: Síntesis Educación.
Elizagaray, A. M. (1975). En torno a la literatura infantil. La Habana: Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Gutiérrez Benitez, J. (2007). Fomento a la literatura en los niños: pautas para padres y profesores en su labor educativa. Tesis, Licenciatura en Bibliotecología, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras. IBBY. (1993). Leer de la mano: Cómo y qué leerles a los más pequeños. Cuaderno I. México: IBBY. IBBY. (1993). Leer de la mano: Cómo y qué leerles a los más pequeños. Cuaderno II. México: IBBY.
Iguíniz, J. (1987). Léxico bibliográfico. 2ª ed. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
64
ml
Jitrik, N. (1990). Lectura y cultura. México: Universidad Nacional Autónoma de México.
Lopera, G. (1997). Selección de libros infantiles y juveniles: criterios y fuentes. Antioquía, Colombia: Confenalco.
Magaloni, A. M. (1999). La democratización del acceso a la lectura: la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, 1983-1998. México: Asociación Mexicana de Bibliotecarios.
Mendoza, V. T. (1980). Lírica infantil de México. México: Fondo de Cultura Económica.
Miretti, M. L. (2004). La literatura para niños y jóvenes: el análisis de la recepción en producciones literarias. Buenos Aires: Homo Sapiens.
Noé, J. (1997). La lectura como actividad. México: Fontamara.
Orozco Aguirre, A. (2006). El libro infantil de México. Tesis. Maestría en Bibliotecología, Universidad Autónoma de México, Facultad de Filosofía y Letras.
Papalia, D. (2005). Psicología del desarrollo. 9ª ed. México: McGraw-Hill Interamericana.
Pennac, D. (2006). Como una novela. 11ª ed. Barcelona: Anagrama.
Puente Docampo, X. (2002). Leer, ¿para qué?. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Ramírez Leyva, E. (2001). El libro y la lectura en el proceso de occidentalización de México. México: UNAM, CUIB.
Rey, M. (2000). Historia y muestra de la literatura infantil mexicana. México: Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.
Schaefer, C. E. (2002). Etapas y pasos desde el nacimiento hasta los 10 años: guía práctica sobre el desarrollo normal de los niños. Barcelona: Médici.
Trejo, B. L. (1950). La literatura infantil en México: desde los aztecas hasta nuestros días. México: S.e.
Unesco (1994). Manifiesto Unesco/IFLA sobre biblioteca pública. Documento en línea recuperado el 6 de Mayo, 2008 de: http://www.unesco.org/webworld/libraries/manifestos/libraman_es.ht
Unesco (2006). Manifiesto Unesco/IFLA sobre biblioteca escolar. Documento en línea. Recuperado el 6 de mayo, 2008 de: http://www.unesco.org/webworld/libraries/manifestos/school_manifesto_es.html
65
Venegas, M. C. (1993). Promoción de la lectura en la biblioteca y en el aula. Bogotá, Colombia: Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.